Exposición de Ana Crespo y Paula Garra en Collado Mediano (Madrid)

 

Tiñó su pupila de verde. Conversaciones con mi hija. Conversaciones con mi madre es el título del proyecto global que el pasado sábado 18 de octubre presentó la artista Ana Crespo junto a su hija, Paula Garra, en la calle Bailén 2 de la localidad madrileña de Collado Mediano. La exposición estará abierta al público hasta el próximo 8 de noviembre.

 

Hace ya más de diez años publicó Ana Crespo un importante estudio sobre simbolismo cromático, titulado Los bellos colores del corazón, en el que exploraba la metafísica del color en el sufismo, donde se asocian colores específicos con los distintos niveles de la experiencia mística y la purificación del alma. Para ella, el sufismo es “concentración interior y apertura formal a lo exterior”.

 

Ana ha continuado trabajando sobre la dimensión simbólica de las palabras. Así escribe: “Verde de la energía o vitalidad del corazón. Verde del florecimiento de la forma. Mar Verde y blanca luna o blanca Venus y verde luna”.

 

Estas reflexiones sobre el color le han permitido abrir un diálogo estético, artístico y filosófico, a través del espejo, con su propia hija, Paula Garra. La trayectoria de Paula Garra se focaliza en propuestas colaborativas, como en esta ocasión en la que contempla la naturaleza a través de un espejo, colocado sobre la espalda de su madre. Se trata de un diálogo entre madre e hija, de una reflexión sobre la naturaleza, aunque para ellas se trata también, de proteger y cuidar. Justamente el proceso de reverdecimiento es el punto de encuentro de esta reflexión.

 

Según una tradición de Asia Central, la “Tierra Verde” es una dimensión lúcida interior y el color verde señala su entrada. Penetrar en ese lugar maravilloso se asocia con el caminar creativo y la figura de “El Hombre Verde”, Jidir (palabra de la raíz árabe de reverdecer) y que simboliza la pura dimensión creativa interior, más allá de las formas. Es el eterno caminante: El Verde interior.

 

En Tiñó su pupila de verde, las artistas plantean un diálogo madre-hija construido a través de conversaciones visuales íntimas en torno a la naturaleza. Hablan con imágenes sobre la poesía, la belleza natural y los beneficios que aporta al ser humano. La naturaleza emerge como protagonista viva, invitando al mundo a reverdecer: metáfora de la alegría de existir y del reconocimiento de nuestra relación con ella. Este intercambio afectivo y reflexivo recuerda la profunda dependencia que tenemos de la tierra y la necesidad de cuidarla para sostener el equilibrio emocional, social y espiritual.

 

Ana Crespo, artista visual, doctora en BBAA, profesora de técnicas gráficas. Varios de sus libros, de filosofía del arte, están siendo traducidos al árabe e inglés. Su labor creativa e investigadora ha sido premiada internacionalmente. Uno de los propósitos de su trabajo artístico, ha sido actualizar el legado andalusí, así como de otras tradiciones, en una obra contemporánea.

 

Paula Garra, artista, investigadora, promotora y coordinadora de proyectos internacionales sobre arte, naturaleza y bienestar emocional en los jóvenes, y avalados por la unión europea, Finalizando su Tesis doctoral, con una beca I+D+i sobre arte público y 17 becas internacionales sobre los temas que desarrolla. Ha realizado numerosas exposiciones y ha recibido varios premios artísticos.

 

 

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