<h6><strong>Ángel Collado</strong></h6> <h4><strong>Pedro Sánchez apuesta por la presidencia española de la Unión Europea del próximo verano como su gran baza personal ante las elecciones de fin de año y ya se vuelca en ese objetivo ajeno a las zancadillas de sus aliados.</strong></h4> En plena <strong>crisis interna del Gobierno por la ley del “solo sí es sí”</strong>, con más de 500 violadores y pederastas beneficiados con la reforma legal, <strong>el jefe del Ejecutivo ha hecho su primera gira preparatoria de la presidencia, con paradas en Austria, Croacia y Eslovenia</strong>. Al mismo tiempo que Sánchez procura resarcirse en la política exterior europea de los reveses y el <strong>espectáculo de división del gabinete en la política nacional</strong>, sus socios de Podemos no han dudado en reabrir <strong>otro frente de disidencia, y precisamente en el principal asunto que ocupa a la UE en su propia defensa: el apoyo militar a Ucrania.</strong> <strong>Según se acercan las fechas electorales</strong>, el 28 de mayo los comicios autonómicos y municipales y entre noviembre y diciembre las generales, el partido fundado por Pablo Iglesias, ahora dirigido por las ministras Ione Belarra e Irene Montero, <strong>se desmarca más de las posiciones del PSOE.</strong> <strong>Podemos cultiva su perfil más populista</strong> ante los proyectos del Gobierno en trámite después de ver cómo Sánchez admitía el pasado verano la chapuza legal del “solo sí es sí” que ahora tiene que cambiar. La historia se acaba de repetir con la ley para impulsar el cambio de sexo, también responsabilidad de Montero y aceptada por Sánchez, pese al malestar de las feministas del PSOE, para no abrir otra brecha en su gabinete. Pese a que Sánchez asuma posiciones de Podemos sobre ingeniería social,<strong> los dirigentes de la formación de extrema izquierda no dejan de remarcar sus diferencias con la política exterior,</strong> terreno en el que el presidente del Gobierno sí ejerce su autoridad al marcar una línea proeuropea y atlantista, la tradicional del PSOE. Con el fin de preparar la presidencia española de la UE, el jefe del Ejecutivo se propone hacer visitas específicas a la mayoría de los países de la Unión antes de junio. Después de desplazarse la pasada semana a Austria, Croacia y Eslovenia,<strong> en marzo hará hueco para viajar a Irlanda, Dinamarca y Finlandia</strong> mientras tantea para incluir a Italia en otra gira próxima. <strong>Podemos contraprograma sin ningún problema la promoción internacional</strong> del presidente del Gobierno. Con Sánchez fuera de España y rodeado de gobernantes extranjeros que apoyan a Ucrania frente a la invasión rusa,<strong> Belarra, su ministra de Derechos Sociales además de secretaria general de Podemos, exigió que cese la entrega de material militar a Zelenski.</strong> La dirigente del partido populista propuso que el Ejecutivo del que forma parte no haga “seguidismo” de los Estados Unidos, termine con la “escalada bélica” que, a su juicio, supone entregar armas a las tropas ucranianas, y promueva dentro de la UE una salida diplomática al conflicto desatado por Putin. <strong>Belarra puso como ejemplo en “la búsqueda de la paz” que propugna Podemos</strong> a los gobiernos de izquierda de países iberoamericanos como <strong>Argentina, Colombia y Brasil que se han negado a facilitar armas a Zelenski</strong> pese a tener en sus arsenales material de origen ruso que podría ser utilizado inmediatamente por las tropas ucranianas. <strong>Sánchez</strong>, acusado de belicista, tuvo que responder a su ministra antes de volver a España para recalcar que<strong> no se puede ser equidistante entre Rusia y Ucrania</strong> porque en una guerra que calificó de “puro colonialismo” y en la que resulta que “<strong>hay un agresor y un agredido; y nosotros estamos con el agredido”.</strong> Si en la pugna interna por la bandera del feminismo Sánchez cedió ante Podemos a costa del PSOE, en materia de política exterior el presidente del Gobierno no admite competencia ni cuestionamiento alguno.