<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <strong>El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, mantuvo ayer un encuentro bilateral con su homólogo mexicano, Marcelo Ebrard</strong>, en los márgenes de la reunión ministerial del G20, celebrada en Bali (Indonesia). “Excelente encuentro con mi homólogo mexicano, Marcelo Ebrard”, declaró Albares a través de su cuenta de Twitter. “España y México somos pueblos hermanos y seguiremos trabajando bilateral y multilateralmente por el bienestar de nuestros pueblos, la paz y seguridad en el mundo y la Comunidad Iberoamericana”, añadió. <strong>El anterior encuentro bilateral entre ambos ministros se produjo el pasado 9 de marzo, durante una visita de Albares a México</strong>. Aquel viaje tuvo lugar un mes después de que el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, anunciase una “pausa” en las relaciones diplomáticas para pasar página a una etapa en la que, en su opinión, las autoridades y las empresas españolas se habían aprovechado de su país. López Obrador provocó con esas palabras una nueva crisis en la relación con España, que se intentó reconducir, precisamente, con el desplazamiento de José Manuel Albares a Ciudad de México. En aquella visita, y antes de reunirse con Ebrard, Albares declaró que no sabía “muy bien qué quiere decir ‘pausa’” y destacó la “relación privilegiada” y las relaciones “de hermandad, de familia, fraternas” que unen a España con México, un “socio estratégico para España” en el que operan “7.000 empresas españolas que generan 300.000 puestos de trabajo”. Por su parte, Ebrard declaró que México mantiene “entrañables relaciones de afecto y aprecio al pueblo español” y destacó la “gran contribución” de España en su país. El pasado 11 de abril se incorporó a su puesto en Madrid el nuevo embajador de México en España, Quirino Ordaz, siete meses después de haber sido nominado por López Obrador. La concesión del plácet por parte de España se había demorado más de lo que es normal entre dos países con tantos lazos, en una muestra del enfado español por los continuos ataques verbales de López Obrador a España. Antes de su llegada a Madrid, el presidente le encargó la misión de “profundizar y reforzar las relaciones bilaterales”.