The Diplomat in Spain

Rabeea Ben / Esposa del embajador de Libia en España 

Gemma Rodríguez Betrián. Madrid. 

Rabeea Ben es la esposa del embajador de Libia en España, Mohamed Alfqeeh Saleh. Hoy, tres años después de su llegada a Madrid, cuenta a The Diplomat que vive con “tristeza y preocupación” los acontecimientos que han sumido a su pueblo en la violencia y la destrucción. A pesar de todo, mira al futuro con esperanza siempre y cuando la solución al conflicto sea tarea exclusiva de los libios.

¿Cómo está viviendo desde la distancia la situación de su país? 

Soy la mujer del embajador y atiendo a todas las recepciones y actividades que mi posición demanda, pero no es fácil. Mis hijos, mis nietos, mis primos, toda mi familia está ahí, hace dos años que no los veo. Desde aquí pienso en todas las muertes porque detrás hay una familia que está sufriendo. Deseo que el derramamiento de sangre se acabe cuanto antes.

¿Qué cree que ha pasado en Libia para llegar a este extremo? 

El primer año después de la guerra, todos estábamos muy contentos y esperanzados porque echamos al dictador. En ese momento respirábamos un aire nuevo gracias a “la Primavera Árabe”, pero todo dio un giro de 180 grados. Creo que las armas y las milicias islámicas son los dos graves problemas. Si Libia consigue resolverlo será un país mucho mejor que antes.

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«Los libios no necesitamos que nadie nos enseñe a ser musulmanes»

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¿Qué opinión le merece la posición de la comunidad internacional en el conflicto?

Culpo a aquellos países extranjeros que están apoyando a las milicias islámicas en mi país. Desde aquí les pido que se ocupen de sus asuntos porque los libios somos capaces de arreglar las cosas por nosotros mismos. Cuando se acabe esa ayuda, el Daesh desaparecerá de Libia, no necesitamos que nadie nos enseñe a ser musulmanes.

¿Quiere decir que la solución pasa por el pueblo Libio?

Sin duda, los libios siempre hemos querido estar unidos. La mayor parte de nosotros no vemos con buenos ojos la actuación extrajera. No somos inferiores y nadie nos puede hacer creer lo contrario. Los países que ayudaron a la caída de Gadafi pretendían dominar el país y aprovecharse de su riqueza, pero a los libios no se nos puede manipular.

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«Los países que apoyaron la salida de Muamar el Gadafi querían la riqueza de Libia»

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¿Qué le parecen las medidas adoptadas por Bruselas para hacer frente a la inmigración irregular en el Mediterráneo?

La inmigración es uno más de los problemas que va a sufrir Europa y que ella misma ha provocado. Los países europeos deberán de pensar bien cual va a ser su actuación porque nunca pasará por el territorio nacional libio. Estoy contra cualquier intervención extranjera en mi país.