Italia es el país que más sufre la presión migratoria.
The Diplomat. Madrid
España impulsó ayer en el Consejo de Seguridad de la ONU la adopción de un comunicado para llamar la atención de la comunidad internacional sobre la gravedad del problema de la crisis migratoria en el Mediterráneo. La iniciativa fue tomada a instancias de Italia, el país que más está sufriendo la presión de la llegada de inmigrantes y las consecuencias de los siniestros que se vienen registrando.
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, anunció la medida en Luxemburgo, donde participaba en el Consejo de Asuntos Exteriores de la UE, junto con su colega italiano, Paolo Gentiloni, no descartó que la declaración pueda ser elevada a la Asamblea General de Naciones Unidas.
Como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, España se puso a disposición del Gobierno italiano que pidió la adopción de la citada declaración. «El asunto –dijo el ministro español- es suficientemente serio, lo suficientemente grave y lo suficientemente global como para que sean los órganos competentes de Naciones Unidas los que ataquen un fenómeno que está afectando a la paz y estabilidad en el Mediterráneo y en todo el mundo”.
De todos modos, se trata de un comunicado y no de una resolución del Consejo de Seguridad, que requeriría mayores consultas. Ayer mismo, el primer ministro italiano, Mateo Renzi, abogó por dar una respuesta conjunta de la Unión Europea a la inmigración y defendió garantizar la estabilidad en Libia para atajar el problema, ya que la conflictiva situación que vive ese país, situado frente a Italia, favorece la salida de inmigrantes desde sus costas. No obstante, Renzi precisó: “La intervención en Libia no está sobre la mesa, sino que lo que hay que hacer es ayudar a garantizar la estabilidad en el país».
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La UE aumentará los fondos para la vigilancia en el Mediterráneo como reclamaban Roma y Madrid
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España es el país que mejor entiende los problemas de los italianos porque, aunque, en menor medida, se ve obligada a enfrentarse a la llegada de inmigrantes desesperados por entrar en Europa. Por eso, Madrid y Roma insisten en la necesidad de lograr una mayor implicación del resto de los europeos en la solución del problema, fundamentalmente favoreciendo la mejora de las condiciones en los países de donde salen los inmigrantes, luchando contra las mafias que trafican con seres humanos y también dotando de más medios a las misiones de Frontex, la agencia europea para el control de fronteras.
De hecho, ayer, los ministros de Exteriores e Interior de los Veintiocho dieron el visto bueno a un plan presentado por la Comisión Europea con diez propuestas, que incluyen aumentar el escaso presupuesto que tiene la actual «Operación Tritón» de vigilancia marítima en el Mediterráneo y los esfuerzos para destruir los barcos utilizados por las mafias para transportar a inmigrantes.