<h6><strong>Luis Ayllón</strong></h6> <h4><strong>El Alto Representante de la UE para la Política Exterior y de Seguridad Común, Josep Borrell, mantendrá en su cargo al actual embajador de la Unión Europea en Cuba, el español Alberto Navarro, según se desprende de una carta que ha dirigido a los eurodiputados que pidieron su destitución por firmar una misiva colectiva dirigida al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, reclamando que ponga fin al embargo sobre la isla.</strong></h4> En la carta, a la que tuvo acceso <em>The Diplomat</em>, Borrell da cuenta de la reunión que ha mantenido con Alberto Navarro, a quien convocó a Bruselas, después de las quejas de los eurodiputados, e indica que <strong>el delegado de la UE ha reconocido que cometió dos errores</strong> al firmar el escrito y al realizar unas declaraciones posteriores, en las que dijo que no consideraba a Cuba una dictadura. Sin embargo, <strong>Borrell no señala que vaya a proceder a la destitución del diplomático</strong> en el cargo, que, por otra parte, Navarro dejará, dentro de unos meses, en septiembre, al cumplir cuatro años en el mismo. De hecho, como miembro de la Carrera Diplomática española participa en el concurso para la distribución de puestos de trabajo en el exterior, conocida en el argot diplomático español como “el Bombo”. <strong>La petición de destitución fue formulada inicialmente el pasado 24 de febrero</strong>, por una quincena de eurodiputados del Grupo del Partido Popular Europeo -entre ellos algunos españoles- y de otras formaciones como Renew y ECR, que consideraban que Alberto Navarro violó la neutralidad que le es exigida al firmar junto a varias cubanas, entre artistas e intelectuales comunistas, una petición dirigida a Biden para que cese el embargo a Cuba e inicie un acercamiento político. A las reclamaciones de destitución se añadieron días más tarde otros 37 eurodiputados populares, liberales y conservadores, bastantes españoles, cuando el delegado de la UE, declaró al medio independiente Cubanet, que no consideraba a Cuba una dictadura. Las demandas de los eurodiputados obligaron a Josep Borrell a convocar al embajador a Bruselas para pedirle explicaciones. Tras reunirse con él, ayer, el Alto Representante envió una extensa carta a los parlamentarios que habían pedido la destitución de Navarro. En la misiva, Borrell, defiende “el enfoque del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación UE-Cuba, y la política de compromiso crítico con Cuba que encarna”, frente a la exigente Posición Común establecida en 1996, que estima no logró los resultados esperados. Y, en cuanto a la conducta profesional del embajador europeo, señala que Navarro “ha reconocido que <strong>no está dentro del ámbito de sus funciones como representante diplomático de la Unión Europea</strong>” suscribir una iniciativa como la mencionada carta a Biden, menos aún si se dirige al líder de un tercer país”. No obstante, Borrell indica, que, “sin que ello suponga una excusa para una decisión desacertada” el mensaje principal de la carta está en consonancia con la posición expresada desde hace tiempo por la UE de solicitar el levantamiento del embargo de Estados Unidos contra Cuba. Agrega que en la conversación que mantuvo con el embajador éste negó categóricamente haber pedido o animado a ningún representante diplomático de los Estados miembros de la UE acreditados en Cuba a sumarse al apoyo a la iniciativa. Asimismo, rechaza las acusaciones de que el embajador se negara a recibir a la presidenta de las Damas de Blanco, Berta Soler, indicando que ha sido recibida en varias ocasiones en la delegación europea y mantuvo una reunión virtual el 6 de octubre de 2020, en el contexto de los preparativos para el tercer diálogo formal UE-Cuba sobre derechos humanos. También reconoce Borrell que no ha sido posible una visita oficial del Parlamento Europeo a Cuba y lamenta el Gobierno cubano sólo hay admitido las visitas de miembros individuales desde 2017. Agrega que tanto la Delegación de la UE como el Servicio Europeo de Acción Exterior siguen presionando a las autoridades cubanas para que permitan esa visita oficial. En cuanto a las declaraciones del embajador en La Habana sobre la naturaleza del sistema político cubano, indica que <strong>Alberto Navarro “acepta que se equivocó” en sus comentarios</strong> y, en particular, “lamenta profundamente su respuesta a la pregunta directa sobre si Cuba puede ser considerada una dictadura”. “Está claro -dice el Alto Representante- que Cuba es un régimen de partido único, donde no se respeta el pluralismo político ni las libertades fundamentales. Teniendo esto en cuenta, continuaremos nuestro diálogo con las autoridades cubanas para fomentar su camino hacia el desarrollo sostenible, la democracia y los derechos humanos”. Tras ello, Borrell dice que representar a la UE en el exterior es una alta responsabilidad y -afirma- “debemos esperar y pedir lo mejor a nuestros diplomáticos”. Pero añade: “También<strong> debemos ser comprensivos con las difíciles </strong><strong>circunstancias</strong> a las que muchos de ellos se enfrentan a diario y actuar de forma proporcionada y justa cuando cometen errores, teniendo en cuenta, entre otras cosas, el daño real que se ha podido causar”. “No cabe duda -concluye- de que, como se señala en algunas de sus cartas, <strong>el embajador Navarro ha cometido dos grandes fallos de comunicación/juicio público</strong> en las últimas semanas. Esto es lamentable y ha sido convocado a Bruselas para dar explicaciones. <strong>El embajador Navarro ha admitido sus errores y ha presentado sus profundas disculpas”.</strong>