Eduardo González
La declaración final de la Cumbre de la OTAN en La Haya deja bien claro el compromiso de “los aliados”, sin más precisiones, a “invertir el 5% del PIB anual” en defensa y seguridad de aquí a 2035, desglosado en un 3,5% para las necesidades básicas de defensa y el cumplimiento de los objetivos de capacidad de la OTAN y un 1,5% para proteger las infraestructuras críticas, defender las redes, garantizar la preparación y la resiliencia civil y fortalecer la innovación y la base industrial en materia de defensa.
“Nosotros, los jefes de Estado y de Gobierno de la Alianza del Atlántico Norte, nos hemos reunido en La Haya para reafirmar nuestro compromiso con la OTAN, la Alianza más fuerte de la historia, y con el vínculo transatlántico”, comienza la declaración.
“Reafirmamos nuestro férreo compromiso con la defensa colectiva, consagrado en el artículo 5 del Tratado de Washington: que un ataque contra uno es un ataque contra todos. Permanecemos unidos y firmes en nuestra determinación de proteger a nuestros mil millones de ciudadanos, defender la Alianza y salvaguardar nuestra libertad y democracia”, prosigue.
“Unidos frente a las profundas amenazas y desafíos de seguridad, en particular la amenaza a largo plazo que representa Rusia para la seguridad euroatlántica y la amenaza persistente del terrorismo, los aliados se comprometen a invertir el 5% del PIB anualmente en las necesidades básicas de defensa, así como en el gasto relacionado con la defensa y la seguridad para 2035 para garantizar nuestras obligaciones individuales y colectivas, de conformidad con el artículo 3 del Tratado de Washington”, declara el texto.
“Nuestras inversiones garantizarán que tengamos las fuerzas, las capacidades, los recursos, la infraestructura, la preparación para la guerra y la resiliencia necesarias para disuadir y defender, en línea con nuestras tres tareas principales: disuasión y defensa, prevención y gestión de crisis, y seguridad cooperativa”, continúa.
“Los aliados coinciden en que este compromiso del 5% comprenderá dos categorías esenciales de inversión en defensa”, prosigue. Por una parte, “los aliados destinarán al menos el 3,5% del PIB anualmente, sobre la base de la definición acordada de gasto en defensa de la OTAN para 2035, a las necesidades básicas de defensa y al cumplimiento de los objetivos de capacidad de la OTAN”. A tal fin, “los aliados acuerdan presentar planes anuales que muestren un camino creíble e incremental para alcanzar este objetivo”.
Asimismo, continúa, “los aliados destinarán hasta el 1,5% del PIB anualmente para, entre otras cosas, proteger nuestra infraestructura crítica, defender nuestras redes, garantizar nuestra preparación civil y resiliencia, dar rienda suelta a la innovación y fortalecer nuestra base industrial de defensa”. “La trayectoria y el equilibrio del gasto en el marco de este plan se revisarán en 2029, a la luz del entorno estratégico y de los objetivos de capacidad actualizados”, añade.
Por otra parte, los aliados reafirman “sus compromisos soberanos duraderos de prestar apoyo a Ucrania, cuya seguridad contribuye a la nuestra, y, con este fin, incluirán contribuciones directas a la defensa de Ucrania y a su industria de defensa a la hora de calcular el gasto en defensa de los Aliados”.
“Reafirmamos nuestro compromiso compartido de ampliar rápidamente la cooperación industrial transatlántica en materia de defensa y de aprovechar la tecnología emergente y el espíritu de innovación para promover nuestra seguridad colectiva. Trabajaremos para eliminar las barreras comerciales de defensa entre los aliados y aprovecharemos nuestras asociaciones para promover la cooperación industrial en materia de defensa”, asegura la declaración.
“Expresamos nuestro agradecimiento por la generosa hospitalidad que nos ha brindado el Reino de los Países Bajos. Esperamos con interés nuestra próxima reunión en Turquía en 2026, seguida de una reunión en Albania”, concluye.