EE.UU. bombardea Irán sin declaración previa de guerra

La autoría de este artículo pertenece al ex militar y experto en seguridad Ramón Cuerda Riva y ha sido cedido por el medio de comunicación Escudo Digital

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Este 21 de junio de 2025, EE.UU., bajo la orden del presidente Donald Trump, ha ejecutado un ataque aéreo contra tres instalaciones nucleares iraníesFordow, Natanz e Isfahán en apoyo a una campaña coordinada con Israel.

Para ello se utilizó una combinación de bombarderos furtivos B‑2 con bombas bunker‑buster (GBU57/MOP) y misiles Tomahawk lanzados desde submarinos. Donald Trump ha calificado la operación como un “éxito espectacular” y ha afirmado que las instalaciones quedaron “completamente destruidas”. Todos los aviones, según ha confirmado la Casa Blanca, regresaron sin daños tras el bombardeo.

Irán, por su parte, ha confirmado los ataques, pero minimizando su impacto y señalando que no ha habido contaminación radiactiva significativa. Israel, con Netanyahu a la cabeza, ha aplaudido públicamente la acción. Por su parte, organismos internacionales como la ONU han expresado su alarma por una posible escalada regional.

En EE.UU., hay división: líderes republicanos como Lindsey Graham la han defendido como una medida acertada, mientras que demócratas —y algunos republicanos— han criticado que Trump haya actuado sin autorización del Congreso. Incluso se ha invocado la War Powers Resolution para objetar su constitucionalidad.

La War Powers Resolution (Resolución de Poderes de Guerra) es una ley clave en el sistema político de EE.UU. que regula cuándo y cómo el presidente puede usar fuerzas militares sin aprobación previa del Congreso. Fue aprobada por el Congreso tras la Guerra de Vietnam para limitar el poder del presidente de involucrar a EE.UU. en conflictos armados sin consentimiento legislativo.

Esta establece la Notificación obligatoria: el presidente debe informar al Congreso en un plazo de 48 horas después de enviar tropas a una zona de combate o situación de hostilidad. Y el límite de 60 días: las fuerzas pueden permanecer sin autorización formal del Congreso solo hasta 60 días (más 30 adicionales para retirar tropas de forma segura). Si el Congreso no aprueba una autorización de uso de la fuerza militar (AUMF) o una declaración de guerra, las tropas deben ser retiradas al finalizar ese plazo.

En el caso de este bombardeo sobre Irán, muchos miembros del Congreso (especialmente demócratas y algunos republicanos) argumentan que Trump violó la War Powers Resolution al lanzar un ataque mayor sin aprobación previa. Algunos han citado la Resolución para exigir el retiro de tropas y sancionar al presidente por exceder sus poderes.

El ataque representa la intervención militar directa más significativa de EE. UU. en Irán en décadas, marcando un giro tras las gestiones diplomáticas previas que habían fallado entre abril y junio de 2025.

Expertos advierten sobre una posible escalada regional, que podría implicar represalias contra bases estadounidenses, navíos aliados en el Golfo y rutas energéticas.

Las consecuencias para el programa nuclear iraní aún no están claras: Irán sostiene que su capacidad sigue intacta, y expertos creen que podrían recuperar terreno con el tiempo. Trump afirma que las principales instalaciones nucleares de Irán han sido destruidas en ataques estadounidenses y que Teherán “ahora debe hacer las paces.”

El presidente Donald Trump ha declarado que el ataque estadounidense contra las tres principales instalaciones nucleares de Irán: Natanz, Isfahán y Fordow, ha provocado la destrucción de sus principales instalaciones de enriquecimiento. Posteriormente, los medios iraníes han reconocido que parte de la planta de Fordow había sido atacada por ataques enemigos. “Todos oyeron esos nombres durante años mientras construían esta horrible empresa destructiva. Nuestro objetivo era destruir las instalaciones de enriquecimiento nuclear de Irán”, ha señalado el mandatario estadounidense, quien añadió que “los ataques fueron un éxito militar espectacular”.

La decisión de involucrarse directamente llega después de más de una semana de ataques de Israel contra Irán que han buscado anular sistemáticamente las defensas aéreas y las capacidades de misiles ofensivos del país, al tiempo que dañar sus instalaciones de enriquecimiento nuclear.

Fordow ha enriquecido uranio al 83,7%

Enterrada bajo una montaña y protegida por baterías antiaéreas, la planta de enriquecimiento de combustible nuclear de Fordow estaba diseñada para resistir ataques aéreos. Desactivar Fordow, ya sea diplomática o militarmente, se considera crucial para evitar que Irán adquiera armas nucleares, después de que el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) descubriera que la planta había enriquecido uranio al 83,7%, cerca del 90% necesario para las armas nucleares.

Fordow es el sitio nuclear más secreto y fuertemente protegido de Irán. Su inclusión en el ataque del 21 de junio de 2025 marca una escalada crítica. Ubicado cerca de la ciudad de Qom, en el norte de Irán, está excavado dentro de una montaña, lo que lo hace extremadamente difícil de destruir con armamento convencional.

Fue secreto hasta que fue revelado públicamente por EE.UU., el Reino Unido y Francia en 2009. Aunque fue limitado por el acuerdo nuclear de 2015 (JCPOA), Irán reactivó y amplió sus operaciones tras el retiro de EE. UU. del pacto en 2018.

Su profundidad y fortificación (más de 80 metros bajo tierra) han sido un reto para cualquier ataque militar. Para alcanzar sus instalaciones subterráneas, se cree que EE.UU. ha usado bombas GBU‑57A/B MOP («Massive Ordnance Penetrator»), diseñadas específicamente para romper búnkeres profundos.

Según Trump, como hemos adelantado, Fordow quedó “completamente anulado”. Sin embargo, Irán alega que el daño fue mínimo, especialmente gracias a su ubicación montañosa. La realidad probablemente esté en algún punto intermedio: es posible que algunas instalaciones fueran dañadas, pero no totalmente destruidas.

Israel había solicitado a Trump el uso de bombas estadounidenses antibúnkeres, la GBU-57 Massive Ordenance Penetrator de 13.668 kg (30.000 lb), que utiliza su peso y fuerza cinética para alcanzar objetivos enterrados a gran profundidad y luego explotar. Solo puede ser lanzada por el bombardero furtivo B-2, que unicamente se encuentra en el arsenal estadounidense.

Tras los ataques, Benjamin Netanyahu ha elogiado la acción de Trump y ha añadido que el “poderío admirable y justo de Estados Unidos cambiará la historia”. El primer ministro israelí ha afirmado en un discurso por video que Estados Unidos “ha logrado lo que ningún otro país del mundo podría lograr”.

A su vez, Trump se ha referido a Netanyahu diciendo que “trabajaron como un equipo como quizás ningún otro equipo ha trabajado antes” y que han recorrido un largo camino para “borrar esta horrible amenaza a Israel”.

La bomba GBU-57 Massive Ordnance Penetrator lleva una ojiva convencional y se cree que puede penetrar unos 200 pies (61 metros) debajo de la superficie antes de explotar, y las bombas pueden lanzarse una tras otra, perforando efectivamente más y más profundo con cada explosión sucesiva.

Trump ha declarado a Fox News que seis bombas antibúnkeres fueron lanzadas sobre Fordow, mientras que 30 misiles Tomahawk fueron disparados contra otros sitios nucleares, incluido Natanz.

Natanz, el otro principal centro de enriquecimiento del país, fue atacado por Israel al inicio de su campaña. Diplomáticos con conocimiento de Natanz describen su planta subterránea de enriquecimiento de combustible como ubicada a unos tres pisos bajo tierra. Se ha debatido durante mucho tiempo sobre el daño que podrían causarle los ataques aéreos israelíes.

Natanz es una pequeña ciudad en la provincia de Isfahán, en el centro de Irán, está rodeada de montañas, lo que la hace estratégicamente difícil de atacar y más fácil de proteger. Su planta de enriquecimiento de uranio es una de las más importantes del programa nuclear iraní, ya que contiene miles de centrifugadoras para enriquecer uranio, lo cual es clave tanto para fines civiles (energía nuclear) como potenciales usos militares (armas nucleares).

Además tiene instalaciones subterráneas altamente fortificadas, construidas para resistir bombardeos convencionales, contra las que EE. UU. ha empleado las mismas «bunker-buster» GBU‑57A/B MOP lanzadas desde los B‑2. Trump ha señalado que el sitio fue “completamente anulado”, pero Irán sostiene de nuevo que la infraestructura esencial sobrevivió y que el ataque no logró paralizar su capacidad nuclear.

Natanz ya había sido objeto de ataques anteriores en 2010 fue blanco del ciberataque con el virus Stuxnet, desarrollado por EE. UU. e Israel, y en 2020 y 2021 se produjeron unas misteriosas explosiones atribuidas a sabotajes encubiertos, probablemente de Israel. Atacar Natanz representa un claro cruce de líneas rojas para Irán; es un golpe directo a su programa nuclear, y podría acelerar una respuesta militar o la decisión de retirarse de tratados internacionales.

La Instalación nuclear de Isfahán, por su parte, alberga una planta de conversión de uranio (UCF) donde el yellowcake (óxido de uranio) se convierte en gas UF6, parte crítica del ciclo del combustible nuclear. En esta instalación EE. UU. utilizó misiles de precisión, probablemente lanzados desde submarinos o bombarderos, para evitar una explosión nuclear secundaria. Las autoridades iraníes han manifestado que no hubo una fuga de material radiactivo, aunque analistas independientes todavía están verificando daños reales.

El bombardeo en Isfahán es extremadamente simbólico y provocador, ya que ataca directamente una de las ciudades más representativas del orgullo nacional, ya que está situada en el centro de Irán y es la tercera ciudad más grande del país. Históricamente fue la capital del Imperio safávida y es un centro industrial y militar clave, además de tener una gran población y ser foco cultural. Esto podría incrementar el riesgo de una respuesta militar de Irán, o ataques contra intereses de EE. UU. o aliados en la región.

¿Qué ocurrirá ahora? El siguiente nombre propio es Karg

Todo depende de la reacción de Teherán. La siguiente amenaza sobre Irán es la isla estratégica de Irán en el Golfo Pérsico, Karg. Aunque no ha sido atacada aún su importancia geopolítica y militar la convierte en un punto clave a vigilar.

Ubicada en el norte del Golfo Pérsico, a unos 25 kilómetros de la costa iraní, pertenece a la provincia de Bushehr, donde también se encuentra la única planta nuclear civil activa de Irán.

Es el principal terminal petrolero de Irán, casi el 90% de las exportaciones de crudo iraní pasan por esta isla. Alberga enormes tanques de almacenamiento y puertos especializados para cargar superpetroleros.

Además de la infraestructura petrolera, Irán ha militarizado parcialmente la isla, con defensas aéreas y presencia naval. Ha sido reforzada en varias ocasiones tras amenazas israelíes y estadounidenses.

Durante la guerra Irán–Irak (1980–1988), fue bombardeada  repetidamente para cortar el suministro de petróleo iraní. En 2021 hubo explosiones misteriosas atribuidas a sabotaje israelí o accidentes internos.

Tras los ataques de EE. UU. a Fordow, Natanz e Isfahán, la isla Karg es vista como un posible blanco de represalias si Irán decide responder con un corte económico.

También se teme que Israel o EE.UU. apunten a la isla si Irán decide escalar militarmente o amenaza el estrecho de Ormuz.

¿Qué pasaría si Karg fuera atacada?

Podría provocar un choque directo entre Irán y EE. UU. en el Golfo Pérsico. Interrumpiría el flujo mundial de petróleo, causando un salto inmediato en los precios del crudo y afectando a la economía global, ya que Irán podría reaccionar cerrando parcialmente el estrecho de Ormuz, por donde pasa alrededor del 20% del petróleo mundial. A partir de este 21 de junio, todo el mundo estará pendiente si entramos en fase de escalada o negociación.

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