España se ha consolidado como uno de los grandes referentes del turismo mundial, no solo por su capacidad de atracción de visitantes, sino también por su modelo de gestión e innovación, que ya está siendo replicado en otros países. En 2024, el país recibió 93,8 millones de turistas internacionales, un 10% más que el año anterior y 10 millones por encima de las cifras registradas antes de la pandemia. Este crecimiento no es únicamente cuantitativo: los ingresos generados por el turismo internacional alcanzaron los 98.000 millones de euros, situando a España como el segundo país del mundo que más ingresos obtiene por esta vía, solo por detrás de Estados Unidos.
La importancia del turismo en la economía española es indiscutible. En 2023, el sector aportó 184.000 millones de euros al PIB, lo que representa el 12,3% del total. Además, el turismo sustentó 2,6 millones de empleos, el 11,6% del empleo total en el país. Estas cifras reflejan una interdependencia estructural entre la actividad turística y el bienestar económico y social de España.
Este liderazgo económico y operativo se complementa con una creciente relevancia institucional. La presencia de la sede de ONU Turismo en Madrid ha convertido a España en un nodo estratégico para la gobernanza global del turismo. Desde esta posición, el país desempeña un papel activo en la configuración de políticas turísticas internacionales orientadas hacia la sostenibilidad, la inclusión y la resiliencia.
Uno de los pilares del liderazgo español en materia turística es su modelo de innovación. La estrategia de Destinos Turísticos Inteligentes (DTI), liderada por SEGITTUR, es considerada ya un referente global. Basada en ejes como la sostenibilidad, la digitalización, la accesibilidad, la gobernanza y la innovación, esta iniciativa ha transformado la gestión de más de un centenar de destinos en España, y su metodología está siendo adoptada por otros países como una herramienta eficaz para afrontar los desafíos contemporáneos del turismo.
España también ha sabido diversificar su oferta y consolidar áreas de éxito que refuerzan su posición internacional. El turismo gastronómico, con una rica tradición culinaria y una amplia red de restaurantes con estrellas Michelin, atrae a visitantes de alto poder adquisitivo. El Camino de Santiago se mantiene como uno de los principales polos de atracción del turismo cultural, religioso y de naturaleza, con más de 400.000 peregrinos anuales. Por su parte, la red de Paradores de Turismo, que ofrece alojamiento en edificios históricos rehabilitados, combina la conservación patrimonial con una experiencia turística de alta calidad.
España ha logrado evolucionar de ser un destino de sol y playa a convertirse en un ecosistema turístico avanzado, sostenible y exportable. Hoy, su modelo no solo inspira, sino que guía. En un contexto global en el que el turismo enfrenta retos crecientes, el caso español se presenta como una hoja de ruta posible para aquellos países que buscan combinar crecimiento económico, calidad de vida y protección de sus recursos.