Ane Barcos
La Comisión Europea propondrá a comienzos del próximo año una revisión del marco normativo sobre la seguridad del suministro energético, que incluirá medidas para reforzar la resiliencia frente a crisis, mejorar el almacenamiento y proteger las infraestructuras críticas ante amenazas físicas y cibernéticas. Así lo anunció el comisario de Energía, Dan Jørgensen, este miércoles en el Parlamento Europeo, donde calificó el reciente apagón como una alerta que no debe ser ignorada.
El comisario europeo de Energía, Dan Jørgensen, advirtió este miércoles ante el Parlamento Europeo que el apagón debe interpretarse como una llamada de atención: la seguridad energética no puede darse por sentada. A su vez, subrayó que estos episodios refuerzan una lección clave: la necesidad de solidaridad en tiempos de crisis. “Debemos trabajar juntos para construir una Unión Europea de la Energía fuerte y sostenible”, afirmó, señalando que la integración, la interconexión y la inversión compartida son fundamentales para garantizar un futuro energético limpio y seguro.
Durante un debate sobre la resiliencia de la infraestructura eléctrica de la UE y el apagón que afectó a la Península Ibérica el pasado 28 de abril, Jørgensen aseguró que ha mantenido contacto directo con los ministros de Energía de España y Portugal desde el incidente, y que la Comisión Europea ha ofrecido su total apoyo y colaboración en las investigaciones en curso.
Precisó que, además de las investigaciones a nivel nacional, se llevará a cabo una investigación independiente por parte de ENTSO-E (la Red Europea de Operadores de Sistemas de Transmisión de Electricidad), cuyos resultados serán discutidos en el Grupo de Coordinación de Electricidad, con participación de la Comisión.
Aunque aún se esperan los resultados definitivos, Jørgensen consideró que ya es posible extraer algunas lecciones preliminares. Recordó que la preparación ante crisis es uno de los cuatro pilares del Plan de Acción para una Energía Asequible de la UE, cuyo objetivo es acelerar la transición hacia un sistema energético más seguro, sostenible y accesible. También mencionó que la seguridad energética ha sido una de las principales motivaciones del plan para eliminar progresivamente la dependencia del gas ruso, presentado por él mismo un día antes.
El comisario anunció que la Comisión propondrá a principios del próximo año una revisión del marco normativo sobre la seguridad del suministro. Esta revisión incluirá aspectos como la flexibilidad, el almacenamiento de energía, la resiliencia de las cadenas de suministro y la protección de infraestructuras críticas frente a amenazas físicas y cibernéticas.
Respecto a las prioridades de la Comisión para reforzar la infraestructura energética europea, Jørgensen señaló tres ejes clave: la integración de sistemas, el refuerzo de las interconexiones y una mayor inversión. Explicó que una integración más profunda permitirá a todos los europeos beneficiarse de un mercado energético común, un objetivo que se impulsará mediante la creación de una Task Force de la Unión de la Energía en coordinación con los Estados miembros.
Asimismo, destacó la importancia de mejorar las interconexiones eléctricas entre países para facilitar el apoyo mutuo durante emergencias. Aunque ya se han completado más de 100 Proyectos de Interés Común, Jørgensen insistió en que “debemos ir más allá”.
“El siglo XXI requiere redes del siglo XXI”, remarcó. Esto implica invertir no solo en almacenamiento y flexibilidad, sino también en electrificación, digitalización y energías limpias. Estas inversiones, concluyó, no solo contribuirán al cumplimiento de los objetivos climáticos, sino que también garantizarán una energía más asequible y segura para hogares y empresas.