En el marco del foro País: Túnez, el director general de Casa Árabe, Miguel Moro Aguilar, y la embajadora de Túnez, Fatma Omrani Charmi, inauguran mañana martes a las 19 horas en el centro cultural de la calle Alcalá, 62 la exposición Iluminaciones tunecinas.
El acto de inauguración dará comienzo con la conferencia de la comisaría de la exposición Ahlem Boussandal, directora general del Museo Nacional de Arte Moderno y Contemporáneo de Túnez. La muestra estará expuesta hasta el próximo 27 de julio.
La muestra, que presenta una cuidada selección de arte moderno tunecino, está organizada por Casa Árabe, en colaboración con el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo, el Ministerio de Asuntos Culturales de Túnez y la Embajada de Túnez.
El arte moderno en Túnez surge a principios del siglo XX, influenciado por las corrientes europeas, pero con una identidad propia que combina las raíces árabe-islámicas con la modernidad mediterránea. Durante la colonización francesa, los artistas tunecinos comenzaron a explorar otras formas de expresión, incorporando nuevas técnicas y reinterpretando temas locales. Tras la independencia en 1956, el arte tunecino se fue consolidando con una fuerte identidad nacional, que progresivamente abarcaría la pintura y la escultura. En este contexto, surgieron figuras clave como Zoubeir Turki y Ammar Farhat, quienes contribuyeron a definir el estilo contemporáneo del país. Destaca también Safia Farhat, pionera de las artes visuales y fundadora de Faïza, la primera revista feminista árabe-africana.
Dentro de este desarrollo artístico, la Escuela de Túnez se estableció como una de las corrientes más influyentes. Fundada en la década de 1940, esta corriente promovió una visión pictórica que combinaba la estética tradicional tunecina con la libertad creativa del arte moderno, procurando a la vez alejarse del orientalismo. Inspirados por la luz, los colores y las escenas cotidianas del país, los artistas de esta escuela, como Yahia Turki y Jellal Ben Abdallah, rechazaron el academicismo europeo y buscaron una expresión más auténtica y local, que rompía con el imaginario colonial.
Aunque no se pueda hablar de una homogeneidad que defina un estilo propio de la Escuela de Túnez, que combina tanto naturalismo como abstracción, sí se puede aseverar que jugó un papel crucial en la reafirmación de la identidad artística tunecina y en la proyección del arte nacional en la escena mundial.
Se ruega confirmación de asistencia al evento en los siguientes correos electrónicos: secretaríaembajador@embajadadetunez.es o info@casaarabe.es.