El comercio internacional de armas ha mantenido un crecimiento constante en las últimas décadas, impulsado por la inestabilidad global, la modernización militar y la competencia geopolítica. La última gran transformación de este mercado ha estado marcada por la guerra en Ucrania, que ha alterado las dinámicas de exportación e importación, reforzado la hegemonía de Estados Unidos y debilitado a Rusia como actor clave. Además, los países europeos han incrementado drásticamente su inversión en defensa, lo que ha convertido a la región en el mayor receptor de armamento estadounidense, desplazando por primera vez en dos décadas al Medio Oriente.
Estados Unidos, el gran dominador del mercado de armas
Entre 2020 y 2024, Estados Unidos consolidó su posición como el mayor exportador de armas del mundo, con un crecimiento del 21% en sus ventas y una participación del 43% en el mercado global. Este dominio se debe, en gran medida, al incremento de las importaciones de los países europeos de la OTAN, que han elevado su dependencia de armamento estadounidense en un 105% respecto al periodo 2015-2019. El suministro de aviones de combate F-35, sistemas de defensa aérea Patriot y misiles de largo alcance ha convertido a Washington en el principal proveedor de seguridad en el continente.
Por primera vez en 20 años, Europa ha superado al Medio Oriente como el destino principal de las exportaciones de armas estadounidenses. En 2020-2024, el 35% de las ventas de Washington fueron dirigidas a países europeos, en contraste con el 33% que recibió el Medio Oriente. Estados como Italia, Reino Unido, Bélgica, Países Bajos y Dinamarca han aumentado sus adquisiciones, reforzando su capacidad militar ante la amenaza rusa. Sin embargo, Arabia Saudí sigue siendo el mayor comprador individual de armamento estadounidense, representando el 12% del total.
La caída de Rusia y el ascenso de Francia
Rusia, históricamente el segundo mayor exportador de armas del mundo, ha sufrido un desplome sin precedentes en sus ventas internacionales. Entre 2020 y 2024, las exportaciones rusas cayeron un 64% en comparación con el lustro anterior. Esta crisis comenzó antes de la invasión de Ucrania en 2022 y se ha visto agravada por las sanciones internacionales, la necesidad de redirigir su producción al frente de batalla y la presión de Estados Unidos y sus aliados para que otros países reduzcan sus compras de armamento ruso.
Dos de los mayores clientes tradicionales de Moscú han reducido drásticamente sus adquisiciones. India, que anteriormente obtenía hasta un 72% de sus importaciones de armas desde Rusia, ha diversificado sus proveedores y ahora solo un 36% de sus compras proceden del país euroasiático. China, por su parte, ha disminuido en un 64% sus importaciones de armamento ruso, sustituyéndolas por producción nacional.
Francia ha aprovechado el vacío dejado por Rusia y ha ascendido al segundo puesto en el ranking global de exportadores de armas, con una cuota de mercado del 9,6%. Las exportaciones francesas a Europa casi se triplicaron en el último lustro (+187%), impulsadas por la venta de aviones de combate Rafale a Grecia y Croacia, así como el suministro de armamento a Ucrania. A nivel global, el principal comprador de armas francesas sigue siendo India, que representa el 28% de sus exportaciones.
La industria de defensa europea: entre la dependencia y la autonomía
El rearme de los países europeos tras la invasión rusa de Ucrania ha reforzado la relación transatlántica en materia de defensa. Actualmente, Estados Unidos suministra el 64% de las importaciones de armas de los países de la OTAN en Europa, consolidando una dependencia que, a pesar de los esfuerzos europeos, sigue siendo difícil de reducir.
Bruselas ha instado a los Estados miembros a impulsar la cooperación en defensa y a priorizar la compra de armamento fabricado dentro de la Unión Europea. En este sentido, se han promovido iniciativas para la adquisición conjunta de sistemas de defensa aérea, misiles y drones, con el objetivo de reducir la dependencia de fabricantes externos y fortalecer la industria europea. Sin embargo, el atractivo de las tecnologías estadounidenses y la necesidad de modernización inmediata han llevado a que la mayoría de los contratos sigan beneficiando a Washington.
En este contexto, España ha experimentado un crecimiento significativo en sus exportaciones de armas, con un aumento del 29% en el último lustro. Arabia Saudí, Australia y Turquía se han convertido en los principales clientes de la industria de defensa española, que busca consolidarse como un actor relevante dentro del mercado europeo y global.
Asia-Pacífico y Medio Oriente: dos mercados en transformación
El mercado de armas en Asia y Oceanía sigue siendo el mayor a nivel mundial, aunque ha registrado una caída del 21% en los últimos años. Este descenso se debe, principalmente, a la drástica reducción de las importaciones de China, que han caído un 64% gracias a su creciente capacidad de producción propia. Sin embargo, India, Pakistán, Japón y Australia se mantienen entre los diez principales importadores de armas del mundo, reflejando la alta tensión geopolítica en la región.
India sigue siendo el segundo mayor importador de armas del mundo, con un 36% de sus adquisiciones provenientes de Rusia. No obstante, su estrategia de diversificación ha beneficiado a Francia y Estados Unidos, que han ganado cuota de mercado en el país. Por otro lado, Pakistán ha incrementado sus importaciones en un 61%, con China como su principal proveedor (81% del total).
En el Medio Oriente, las importaciones de armas han caído un 20% en los últimos cinco años. Arabia Saudí, que históricamente ha sido uno de los mayores compradores de armamento, ha reducido sus adquisiciones en un 41%. No obstante, la región sigue siendo un mercado clave, con Qatar, Egipto y Kuwait como los principales importadores.
El auge de África y América Latina en el comercio de armas
Las importaciones de armas en África han disminuido un 44% en los últimos cinco años, debido a la caída de las adquisiciones de Argelia y Marruecos. Sin embargo, en África Occidental se ha observado un crecimiento notable, con un aumento del 82% en las compras de armamento en la última década. Nigeria lidera la demanda en la región, mientras que países como Burkina Faso, Mali y Senegal han incrementado sus adquisiciones para hacer frente a las amenazas de grupos armados.
En América Latina, las importaciones de armas han crecido un 13%, con Brasil como el mayor comprador del continente. El país sudamericano ha incrementado sus adquisiciones en un 77% y representa el 49% de las compras de armas en la región. Francia, Estados Unidos y el Reino Unido son los principales proveedores de armamento para América Latina.
Conclusión: un mercado en plena transformación
El comercio global de armas sigue siendo un sector altamente influenciado por la geopolítica y la seguridad internacional. La guerra en Ucrania ha acelerado la reconfiguración del mercado, consolidando a Estados Unidos como el gran dominador, debilitando a Rusia y favoreciendo el ascenso de Francia.
Mientras Europa refuerza su capacidad defensiva y debate su autonomía estratégica, regiones como Asia-Pacífico y África afrontan cambios en sus patrones de importación. En los próximos años, la evolución del mercado dependerá de la capacidad de los países para equilibrar sus necesidades de defensa con la cooperación internacional y la estabilidad geopolítica.