The Diplomat in Spain

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció en la tarde de ayer que cancela su agenda pública unos días para «reflexionar» sobre si continuara o no al frente del Ejecutivo, tras las investigaciones a su esposa, Begoña Gómez.

En su cuenta de la red social X, Sánchez publicó una carta dirigida a la ciudadanía en la que afirma: «Necesito parar y reflexionar. Me urge responderme a la pregunta de si merece la pena, pese al fango en el que la derecha y la ultraderecha pretenden convertir la política. Si debo continuar al frente del Gobierno o renunciar a este alto honor”.

En esa misiva, escrita después de que se conociera que un juez ha decidido investigar a su mujer por tráfico de influencias y corrupción en los negocios, a raíz de la presentación de una denuncia del sindicato ‘Manos Limpias’, Sánchez anuncia que el próximo lunes, día 29, comparecerá ante los medios de comunicación para dar a conocer su decisión.

Escribe el presidente del Gobierno en la carta que «a pesar de la caricatura que la derecha y la ultraderecha política» han hecho sobre él, «nunca» ha tenido «apega al cargo». Y añade: «Si lo tengo al deber, al compromiso político y al servicio público. Yo no paso por los cargos, hago valer la legitimidad de esas altas responsabilidades para transformar y hacer avanzar al país que quiero».

Sánchez carga en la carta contra el PP y Vox, señalando que «la derecha y ultraderecha no aceptaron el resultado electoral» del 23J. Y considera que “ahora han traspasado la línea del respeto a la vida familiar de un presidente del Gobierno y el ataque de su vida personal».

El jefe del Ejecutivo arremete en varias ocasiones en su carta contra los medios de comunicación que han publicado informaciones sobre supuestos contactos de Begoña Gómez con empresarios que recibieron dinero público, en referencia, sin citarlos, a El Confidencial y Esdiario, a quienes califica como “de marcada orientación derechista y ultraderechista»

Asimismo, cita en su misiva expresamente a los líderes del PP, Alberto Núñez Feijóo; y de VOX, Santiago Abascal, a quienes acusa de poner en marcha «la máquina del fango» y de «tratar de deshumanizar y deslegitimar al adversario político a través de denuncias tan escandalosas como falsas».

Indica, igualmente que «ambos son colaboradores necesarios junto a una galaxia digital ultraderechista y la organización Manos Limpias. De hecho, fue el Sr. Feijóo quien denunció el caso ante la Oficina de Conflicto de Intereses, pidiendo para mí de 5 a 10 años de inhabilitación para el ejercicio de cargo público”.

«Seguidamente, instrumentalizaron su mayoría conservadora en el Senado, impulsaron una comisión de investigación para, según dicen, esclarecer los hechos relacionados con este asunto. Como es lógico, faltaba la judicialización del caso. Es el paso que acaban de dar», añade Sánchez, quien asegura que Begoña Gómez «defenderá su honorabilidad» y «colaborará con la Justicia».

Sánchez afirma también: «Llegados a este punto, la pregunta que legítimamente hago es ¿merece la pena todo esto? Sinceramente no lo sé. Este ataque es tan grave como burdo que necesito parar y reflexionar con mi esposa”, de la que asegura estar “profundamente enamorado”, al tiempo que dice que «vive con impotencia en el fango que sobre ella esparcen día sí y día también».

El anuncio de Pedro Sánchez provocó en la tarde de ayer un gran terremoto político y especulaciones sobre lo que puede pasar en el futuro.

El PSOE salió en bloque a respaldar al presidente del Gobierno, y así su portavoz, Esther Peña, escribió en las redes sociales «Las mentiras duelen, pero nunca ganan. Ganará una vez más tu determinación y nobleza. Siempre en tu equipo presidente». Y el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, Patxi López, afirmó que Sánchez «representa la dignidad y el coraje que se necesita frente a una derecha inmoral y dispuesta a todo». Igualmente, la mayoría de los ministros y dirigentes del PSOE le dieron su apoyo.

Cerca de medio centenar de simpatizantes del PSOE se manifestaron a última hora de la tarde de ayer a las puertas de la sede nacional socialista en la calle Ferraz, en Madrid, portando banderas del partido, para expresar su apoyo a Sánchez.

La vicepresidenta segunda y líder de Sumar, Yolanda Díaz manifestó su «apoyo y respeto» para la decisión de Sánchez y añadió que «la ofensiva de la derecha ultra no puede salirse con la suya» y que toca «defender la democracia, el bloque progresista y la legitimidad del Gobierno de coalición que tanto ha mejorado la vida de la gente» del país.

Antiguos socios de Sánchez también reaccionaron a la carta. Así, la líder de Podemos, Ione Belarra, mostró su «solidaridad y empatía» con el jefe del Ejecutivo, pero le dijo que debían haber parado los pies la práctica de la guerra judicial y «persecución mediática» cuando «acosaron» al exvicepresidente Pablo Iglesias. Además, aprovechó para decir que “la democratización del poder judicial y de los medios de comunicación es una urgencia democrática».

El expresidente de la Generalitat y candidato de Junts+ a las elecciones catalanas, Carles Puigdemont, dijo que si este periodo de reflexión «no es un movimiento táctico» y Sánchez cree que su liderazgo se ha debilitado a causa de la campaña de las derechas españolas, «siempre puede presentar una cuestión de confianza y aclarar todas las dudas».

Desde el PP y Vox criticaron la carta del jefe del Ejecutivo. El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo acusó a Sánchez de «victimizarse» y «polarizar» a la sociedad para «activar a su electorado» de cara a las elecciones catalanas y europeas. ·»Yo no he visto esto en mi vida», dijo en una entrevista en Onda Cero, añadiendo que es «un mecanismo impropio de una persona madura».

La secretaria general del PP, Cuca Gamarra dijo que Sánchez «en lugar de desaparecer cinco días», debería «aparecer de manera urgente para dar una explicación razonada de los escándalos que rodean a su partido, a su Gobierno y a su pareja», Begoña Gómez. “Denunciamos -agregó- que el presidente del Gobierno apueste por la victimización y la lástima en lugar de por la rendición de cuentas y la claridad».

El líder de Vox, Santiago Abascal, señaló que no sabe si Sánchez se retira para «preparar su defensa legal» o si es «otra de sus maniobras de propaganda para presentarse como una pobre víctima» y así «acallar la indignación mayoritaria de los españoles».

¿Qué podría pasar sin Sánchez dimite?

En caso de tomar la decisión de abandonar el Gobierno, Pedro Sánchez no tendría la opción de disolver las Cortes antes del 30 mayo, porque ha de cumplirse un año desde la anterior disolución y eso tuvo lugar el 29 de mayo de 2023.

Lo que si podrí hacer es someterse a una cuestión de confianza, para lo que no necesita mayoría absoluta.

La decisión de ceder la presidencia a otro miembro de su Gobierno, requeriría poner en marcha todo un nuevo proceso de investidura.

La Constitución española establece un proceso claro a seguir en caso de que el presidente del Gobierno presente su dimisión. En concreto, en su artículo 101 indica: «El Gobierno cesa tras la celebración de elecciones generales, en los casos de pérdida de la confianza parlamentaria previstos en la Constitución, o por dimisión o fallecimiento de su presidente«.

Es decir, si Sánchez dimite, cesa todo el Gobierno y se pone en marcha el proceso para nombrar a un nuevo presidente. Entonces, el Rey, tras consultar a los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria y mediante el presidente del Congreso, propondrá un candidato a la presidencia del Gobierno.

La candidata podría ser la actual vicepresidenta primera del Gobierno, que es María Jesús Montero, también ministra de Hacienda y si logra el apoyo del Congreso de los Diputados, se convertiría en la primera mujer al frente de un Ejecutivo en España. Para ello, necesita obtener la mayoría absoluta de los votos en la primera votación o una mayoría simple en una segunda votación que se celebraría 48 horas después de la primera. Si el candidato o candidata no logra ser investido, se inicia un plazo de dos meses durante los cuales se pueden proponer nuevos candidatos. Si tras estos dos meses ningún candidato ha sido investido, el Rey disolverá ambas cámaras y convocará nuevas elecciones generales.

Mientras se lleva a cabo el proceso de designación e investidura del nuevo presidente o presidenta, el Gobierno actual continuaría en funciones. Con la vicepresidenta primero al frente, desarrollaría sus tareas habituales, gestionando la administración ordinaria del Estado, pero con ciertas limitaciones en sus capacidades, ya que, por ejemplo, no podría aprobar proyectos de ley nuevos ni realizar propuestas legislativas.