<h6><strong>Luis Ayllón</strong></h6> <strong>El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, no cuenta con los diplomáticos más veteranos para cubrir los puestos denominados de “asterisco”, es decir aquellos que el Gobierno considera más sensibles</strong> y que no espera para cubrirlos a escuchar la opinión de la Junta de la Carrera Diplomática. Según pudo saber <em>The Diplomat</em>, el subsecretario del Ministerio de Asuntos Exteriores, Luis Cuesta, comunicó ayer a la Junta de la Carrera Diplomática el nombre de los diplomáticos que ocuparán <strong>los trece puestos que habían sido marcados con un asterisco</strong>. En los últimos meses, muchos diplomáticos expresaron cierto malestar por el <strong>elevado número de esos destinos</strong> y la extrañeza por la elección de algunos de los puestos, como el Consulado General en Los Ángeles o la segunda jefatura en la representación permanente ante el Consejo de Europa, en Estrasburgo, entre otros. <strong>Bastantes de esos puestos habían sido solicitados por diplomáticos que tienen la categoría de ministro de primera o ministro de segunda,</strong> las más altas, si se exceptúa la de embajador, a la que se suele llegar al final de la Carrera. Precisamente, <strong>la excepción es la elección de Aurora Díaz Rato, actual representante permanente de España ante la Oficina de Naciones Unidas y los Organismos Internacionales en Ginebra, que tiene categoría de embajadora, y que ocupará el Consulado General en Tánger. </strong>Esta designación, según las fuentes consultadas, fue<strong> criticada por algunos de los miembros de la Junta, que pusieron de relieve que la normativa vigente establece que se trata de un puesto en el que debe permanecer tres años</strong> y Díaz-Rato alcanzará la jubilación en febrero de 2027, momento en que tendrá que dejarlo. <strong>De la veintena de ministros de primera que aspiraban a algunos de los puestos “de asterisco” ninguno ha logrado su objetivo y sólo cuatro ministros de segunda, de los más de treinta que los pretendían, han sido elegidos</strong> para uno de esos destinos. Se trata de<strong> Raúl Bartolomé, que irá de ‘número dos’ a París; Manuel Durán, que irá también a París, pero como cónsul general; Alfonso Barnuevo, que será el nuevo cónsul general en Rabat; y el actual director de la Escuela Diplomática, Santiago Miralles, que irá a Edimburgo como cónsul general.</strong> El resto de los puestos serán ocupados por<strong> ministros de tercera, consejeros o, incluso, secretarios de primera, como Javier Echeandía,</strong> que ha sido elegido para ocupar la<strong> Segunda Jefatura en la Embajada en Moscú</strong>, después de que <strong>ninguno de los ministros o consejeros para quienes estaba abierto el puesto optaran a él,</strong> posiblemente por las dificultades que puede tener su incorporación. Echeandía ya estuvo destinado en la capital rusa, entre 2014 y 2018, y habla ruso. Otro puesto importante que ha sido adjudicado es el de <strong>cónsul general en Jerusalén, que actúa como una ‘embajada’ oficiosa ante la Autoridad Palestina, y que será ocupada por Javier Gutiérrez</strong>, que era embajador de España en Ghana. Sin salir de Israel, la<strong> segunda jefatura en la Embajada en Tel Aviv, será para Francisca Pedrós.</strong> Y como <strong>encargado de Negocios ad interim en Damasco, irá Francisco Javier Puga</strong>, quien tendrá su residencia en Beirut, ya que España cerró su Embajada en la capital siria. <strong>La segunda jefatura en Roma será ocupada por Manuel González Garagorri</strong>, que ha sido director adjunto en el Gabinete del presidente del Gobierno; y el puesto de representante permanente adjunto en el Consejo de Europa (Estrasburgo) lo será para <strong>Carlos Lucini</strong>, que era subdirector general de Cancillería. Finalmente,<strong> Gerardo Fueyo será cónsul general en Los Ángeles; y Rafael Reig, en Nador.</strong>