<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aseguró ayer, durante su viaje oficial a Marruecos, que confía en que “pronto” haya “avances significativos” en el proceso de apertura de las aduanas terrestres de Ceuta y Melilla, pero no consiguió ningún compromiso concreto de las autoridades marroquíes en este sentido.</strong></h4> <strong>Pedro Sánchez efectuó ayer su cuarta visita oficial bilateral a Marruecos</strong>, cuando apenas ha transcurrido un año desde la Reunión de Alto Nivel (RAN) de Rabat y a pocas fechas de que se cumplan dos años del drástico cambio de rumbo del Gobierno español respecto al contencioso del Sáhara Occidental, que permitió la recuperación de las relaciones diplomáticas bilaterales. A su llegada al aeropuerto Mohammed V de Rabat, Sánchez -acompañado por el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares- fue recibido por <strong>el jefe de Gobierno de Marruecos, Aziz Akhannouch</strong>, con quien posteriormente mantuvo un encuentro de más de dos horas para abordar, entre otros asuntos, el Mundial de fútbol que coorganizarán España, Marruecos y Portugal en 2030, la cooperación en la lucha contra el terrorismo y contra las mafias de tráfico de seres humanos y la apertura de las aduanas en Ceuta y Melilla. A continuación, Sánchez y el resto de la delegación fueron agasajados con un almuerzo oficial en el Palacio de Invitados, al que asistieron Albares, su homólogo marroquí, Nasser Bourita; el ministro marroquí del Interior, Abdelouafi Laftit; y la embajadora de Marruecos en España, Karima Benyaich. Tras el almuerzo, el presidente del Gobierno fue recibido en audiencia por <strong>el rey Mohamed VI</strong>. Se trata del tercer encuentro de Sánchez con el Monarca alauí. El primero se produjo en noviembre de 2018, en su primera visita oficial a Marruecos cuatro meses después de llegar al cargo, y el segundo en abril de 2022, cuando Pedro Sánchez y Mohamed VI adoptaron en Rabat la hoja de ruta bilateral que sentó las bases para la recuperación de las relaciones diplomáticas. En febrero del año pasado, el rey de Marruecos no recibió al jefe del Ejecutivo durante la Reunión de Alto Nivel (la primera desde 2015) de Rabat porque se encontraba de vacaciones en Gabón, a pesar de la cumbre. La agenda de Pedro Sánchez en Rabat concluyó ayer con una comparecencia ante los medios de comunicación en la que aseguró que <strong>las relaciones con Marruecos atraviesan “por su mejor momento en décadas”</strong> y que, con esta visita oficial, se ha dado un impulso a la cooperación bilateral “en todos los ámbitos” y se ha consolidado “un modelo de vecindad constructiva basado en la confianza y el respeto mutuo”. El jefe del Ejecutivo también expresó su deseo de las selecciones de España y Marruecos se enfrenten en la final del Mundial de 2030, porque “sería un colofón importante a la extraordinaria” relación que atraviesan los dos países. Asimismo, se refirió al contencioso sobre el <strong>Sáhara Occidental</strong> y reiteró su “compromiso con la solución que ha planteado, sobre una base realista, el Gobierno de Marruecos”, en referencia a la propuesta de autonomía para el antiguo territorio español. En marzo de 2022, el Gobierno español dio un volantazo radical a su postura tradicional sobre el Sáhara Occidental con su decisión de aceptar el plan marroquí de autonomía como “la base más seria y realista”. Aquel “giro histórico”, que fue rechazado por todo el resto del arco parlamentario, incluidos los socios de gobierno, permitió superar la gravísima crisis diplomática que estalló en abril de 2021 tras la decisión de España de acoger en un hospital de Logroño al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, por motivos humanitarios. <h5><strong>Ceuta y Melilla</strong></h5> En todo caso, el viaje efectuado ayer por Sánchez a Rabat llegó en un momento de gran incertidumbre respecto a la verdadera voluntad de Marruecos para cumplir uno de los compromisos de la hoja de ruta adoptada con Mohamed VI: <strong>la apertura de las aduanas terrestres con Ceuta y Melilla.</strong> Al respecto, el jefe del Ejecutivo declaró que ambos países deben “seguir trabajando en la normalización aduanera”, porque es una “parte esencial de nuestra agenda bilateral” y porque va a “impulsar un comercio transparente y regular que debe redundar en beneficio de las regiones vecinas”. <strong>“En 2023 completamos con éxito las pruebas necesarias y, por parte española, todo está listo para empezar la cooperación regular en las aduanas de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla”,</strong> prosiguió. “<strong>El jefe de Gobierno marroquí me ha asegurado que tan pronto como se completen los preparativos de la parte marroquí vamos a poder empezar”, aseguró. “Espero que pronto podamos tener avances significativos”, añadió Pedro Sánchez</strong>, quien anunció una próxima reunión entre ambos Gobiernos “para establecer cuál va a ser la normativa de aduanas”. <strong>El pasado mes de diciembre</strong>, durante su primer viaje internacional en la nueva legislatura, Albares transmitió en Rabat al Gobierno de Marruecos que, por parte de España, “todo está listo para que puedan empezar a operar” las aduanas terrestres con Ceuta y Melilla y, por tanto, “no son necesarias más pruebas piloto” (en referencia a las tres pruebas piloto realizadas en enero, febrero y mayo de 2023). No obstante, al igual que Pedro Sánchez en esta ocasión, no logró sacarle ninguna fecha para la apertura de las aduanas a Nasser Bourita, quien atribuyó los retrasos a “problemas técnicos”.