<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>El lehendakari Iñigo Urkullu y Nerea Melgosa, Consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno vasco hicieron entrega ayer del Premio René Cassin de Derechos Humanos 2023 a la Comisión Internacional Contra la Pena de Muerte, CIPM.</strong></h4> La entrega del galardón tuvo lugar el Palacio Villa Suso de Vitoria-Gasteiz y la encargada de recibirlo fue la <strong>comisaria Marta Santos Pais, antigua Representante Especial del secretario general de Naciones Unidas sobre la Violencia contra los Niños y las Niñas.</strong> El Premio, según el acta del jurado, fue otorgado a la Comisión Internacional Contra la Pena de Muerte “<strong>por su incansable lucha a favor de la abolición de la pena de muerte en todos los países y regiones del mundo”.</strong> Asimismo, el jurado subrayó que “a través de la sensibilización, la investigación, la promoción de políticas, la asistencia técnica a los Estados y la colaboración con Naciones Unidas, la ICDP (por sus siglas en inglés) <strong>trabaja de manera tenaz para prevenir las ejecuciones, eliminar prácticas injustas y arbitrarias, plantear alternativas a la pena de muerte y fomentar sistemas penales más justos y humanitarios”.</strong> Al hacer entrega de la distinción, el lehendakari <strong>Urkullu</strong> afirmó: “En el contexto global actual de vulneración, amenaza y riesgo, hacemos nuestra la causa de la defensa de los Derechos Humanos. Hacemos nuestros los valores humanistas que representan las personas y organizaciones premiadas con el Premio René Cassin desde hace 20 años. <strong>Hacemos nuestros los principios que inspiran el trabajo de la Comisión Internacional contra la Pena de Muerte”</strong>. Por su parte, la <strong>presidenta de la Comisión Internacional contra la Pena de Muerte, Navi Pillay</strong>, ex Alta Comisionada de las Naciones Unidas, envió un video de agradecimiento en el indicó que “este importante reconocimiento nos fortalecerá para seguir participando en discusiones con autoridades gubernamentales de todo el mundo, especialmente aquellos gobiernos que aún mantienen la pena capital, con el objetivo final de lograr un mundo libre de la pena de muerte”. <strong>“Este premio llega en un momento oportuno, ya que una de sus contribuciones, la promoción de la Declaración Universal de Derechos Humanos, cumple ahora 75 años”</strong>, recordó Pillay, aludiendo a que el pasado domingo se conmemoró el aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos firmada el 10 de diciembre de 1947, y de la que fue uno de sus principales impulsores René Cassin. El premio, que lleva el nombre de “un vasco universal” simboliza, dijo el Lehendakari “el compromiso de Euskadi con los derechos humanos”. “Hoy, en el 75 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, vamos más lejos: no solo reivindicamos el derecho a la vida de los seres humanos, sino también en voz alta, el derecho a que esa vida sea digna”, enfatizó. La consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales destacó, por su parte que “los derechos humanos no son un corpus teórico, etéreo e intangible”. “<strong>Se traducen -dijo Nerea Melgoso- en derechos vinculados al día a día, a la dignidad como personas, al bien ser, al bien-estar y a la calidad de vida, nuestra y de la humanidad.</strong> Los derechos humanos son derechos universales y, por ser universales, son también derechos de proximidad”. El Gobierno Vasco creó en 2003 este premio de carácter anual con el que reconoce públicamente a personas o entidades que destacan en la defensa de los derechos humanos. El galardón recibió el nombre de René Cassin, natural de Baiona, en el País vascofrancés, que<strong> fue Premio Nobel de la Paz en 1968 y está considerado como uno de los principales inspiradores de la Declaración de los Derechos Humanos.</strong>