Alberto Rubio
¿Existió “M” en la realidad? En las novelas de Ian Fleming, el jefe de James Bond en el MI6 es el almirante Sir Miles Messervy. Pero ese personaje ficticio está inspirado en los superiores con los que el escritor trabajó, durante la II Guerra Mundial, mientras pertenecía al servicio secreto británico. Además de los habitualmente señalados –su primer jefe, Mansfield Smith Cumming, o el almirante John Godfrey, de la inteligencia naval- otro de ellos pudo ser el diplomático, destinado en la Embajada en Madrid, Arthur Yencken.
No hace mucho, en febrero de 2004, Sotheby’s vendió en una subasta por 15.525 euros el pasaporte que utilizó Ian Fleming para la Operación Goldeneye, cuyo objetivo era asegurar las comunicaciones de Londres con Gibraltar si el gobierno del general Franco decidía entrar en guerra del lado alemán o la península era invadida por las tropas del Eje.
La colonia británica en el sur de España era fundamental en aquellos momentos para mantener un tránsito seguro de los buques de la Royal Navy entre el Mediterráneo y el Atlántico. La misión de Fleming, por tanto, era establecer una “estación” que vigilase los movimientos germanos e impidiera, incluso con acciones de sabotaje, cualquier intento enemigo por instalar rádares o cámaras infrarrojas en el Estrecho. El agente británico llegó incluso a montar otra “estación” en Tánger, en previsión de que Gibraltar fuera invadido.
En 1941, Yencken era ministro en la legación diplomática británica en España y uno de sus principales cometidos era dirigir operaciones encubiertas. Entre otras (ver The Diplomat: El diplomatico britanico al que Franco rindió honores) la liberación de prisioneros aliados que el III Reich deportaba a campos de concentración en España, durante la cual falleció. Y Yencken fue, precisamente, quien suministro el famoso pasaporte a Fleming, cuando este pasó por Madrid, aquel año, camino del Peñón.
“¿Pudo usar Fleming la personalidad de Yencken para retratar a “M” en sus novelas?”, se pregunta el historiador británico afincado en Madrid, David Butler. No es descabellado pensar que, al menos, el autor de James Bond pudo utilizar algunos rasgos de Yencken para construir el personaje. Entre ambos hay una clara coincidencia: el almirante Messervy era miembro de la Orden de Saint Michael y Saint George. Igual que Yencken.
También era miembro de la misma Orden el capitán Alan Hugh Hillgarth, agregado naval de la Embajada y jefe de operaciones encubiertas, con quien el espía llegado de Londres también estableció contacto inmediatamente. Hillgarth hubiera sido, en caso de necesidad, el hombre que habría preparado la guerrilla encargada de sabotear las operaciones alemanas en la Península.
Al final, no fue necesario activar esos planes. La estación Goldeneye sólo pasó a estado de alerta en 1942 -antes de la invasión aliada del norte de África, la conocida Operación Torch- para evitar cualquier reacción alemana que hubiera complicado el ataque. Después, en agosto de 1943, Goldeneye cerró definitivamente sus operaciones ante el escaso riesgo de una ocupación nazi de España tras el armisticio con Italia, cuyos agentes habían sido muy activos en los preparativos para expulsar a los aliados de Gibraltar.
Fleming, licenciado del servicio en 1945, comenzó a escribir “Casino Royale” en 1952 en su casa de Jamaica, que había bautizado como Goldeneye. Y comenzó a construir a personajes como “M” con las “piezas” que le proporcionaron, durante sus años de servicio, hombres como Cumming, Godfrey o el propio Yencken.