<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) se pronunciaron ayer en contra de la guerra de Rusia en Ucrania, incluidos los representantes de Cuba y Venezuela y con la única excepción de Nicaragua.</strong></h4> Al término de la Cumbre, los líderes de las dos regiones adoptaron una <a href="https://www.consilium.europa.eu/media/65920/st12000-en23.pdf" target="_blank" rel="noopener noreferrer"><strong>declaración final</strong></a> en la que se comprometen “a renovar y seguir reforzando” la asociación birregional, “que se basa en valores e intereses compartidos y en sólidos vínculos económicos, sociales y culturales”, y a reforzar el diálogo y seguir “trabajando juntos como socios soberanos” para “hacer frente a las múltiples crisis y desafíos de nuestro tiempo, como la inseguridad alimentaria, la pobreza, las desigualdades en ambas regiones, las interrupciones de la cadena de suministro y el aumento de la inflación”. También se comprometen a “mitigar los efectos adversos del cambio climático y la degradación medioambiental” a la luz de “las diferentes circunstancias nacionales” y a promover y proteger “todos los derechos humanos y libertades fundamentales”. Los firmantes se comprometen también a defender el Estado de Derecho y la democracia, “incluidas las elecciones libres y justas, inclusivas, transparentes y creíbles”, así como la libertad de prensa, el multilateralismo, la cooperación internacional, los objetivos de la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional, incluidos “los principios de soberanía, autodeterminación, la no intervención en asuntos que son esencialmente de la jurisdicción interna de los Estados” y la renuncia, en sus relaciones internacionales, a “la amenaza o el uso de la fuerza contra la integridad territorial”. En este sentido, los líderes firmantes de la declaración expresan su <strong>“profunda preocupación por la guerra en curso contra Ucrania, que sigue causando un inmenso sufrimiento humano y está exacerbando las fragilidades existentes en la economía mundial, limitando el crecimiento, aumentando la inflación, perturbando las cadenas de suministro, aumentando la inseguridad energética y alimentaria y elevando los riesgos para la estabilidad financiera”.</strong> Por ello, la declaración apoya <strong>“la necesidad de una paz justa y sostenible”</strong>, reitera su <strong>“apoyo a la Iniciativa de los Granos del Mar Negro y a los esfuerzos del secretario general de las Naciones Unidas para garantizar su ampliación” </strong>(Rusia acaba de anunciar, precisamente, su decisión de no renovar el acuerdo) y apoya <strong>“todos los esfuerzos diplomáticos encaminados a una paz justa y sostenible en consonancia con la Carta de las Naciones Unidas”.</strong> “Recordamos nuestras posiciones nacionales específicas expresadas en otros foros, en particular en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y en la Asamblea General de las Naciones Unidas”, prosigue el texto. <strong>“Reafirmamos nuestro compromiso con la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional, incluida la necesidad de respetar la soberanía, la independencia política y la integridad territorial de todas las naciones”</strong>, añade. Según declaró <strong>el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en la rueda de prensa posterior a la cumbre, “esta declaración ha sido respaldada por el conjunto de los países, con la excepción de uno que no ha podido suscribirlo debido a un párrafo”. </strong> A lo largo de la Cumbre, la UE intensificó las negociaciones con todos los países de la CELAC para consensuar el rechazo a la guerra, pero se encontraron con <strong>el escollo de Nicaragua, Cuba y Venezuela</strong>. “Hemos discutido mucho, por supuesto, sobre el hecho de que todos quieren que esta guerra termine y que haya una paz duradera y centrada en la Carta de la ONU”, afirmó <strong>la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen</strong>, en la misma rueda de prensa, en la que también participaron el presidente de Argentina, Alberto Fernández (quien defendió “una solución duradera a la situación de Ucrania” e hizo un llamamiento “a la paz y a desescalar el conflicto”), y el primer ministro de San Vicente y las Granadinas y presidente pro tempore de la CELAC, Ralph Gonsalves. <strong>El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez -gran valedor de la Cumbre en el contexto de la Presidencia española de la UE-,</strong> no intervino en la rueda de prensa, a pesar de que su nombre figuraba en la agenda, porque prefirió participar en un acto electoral en San Sebastián. Finalmente, <strong>Cuba y Venezuela aceptaron el texto de la declaración, pero Nicaragua se mantuvo en sus trece y se negó a criticar la guerra de Rusia en Ucrania</strong>, al igual que hizo en las diversas votaciones celebradas en la Asamblea General de la ONU sobre esta misma cuestión. <h5><strong>Acuerdos comerciales y cumbres cada dos años</strong></h5> Los líderes europeos y latinoamericanos se comprometen también en la declaración a seguir “reforzando y desarrollando las relaciones comerciales y de inversión entre la UE y los países y regiones de la CELAC” y destacan “la importancia de la plena aplicación de los Acuerdos de Asociación y Comercio entre la UE y los socios de la CELAC”. Por ello, hacen <strong>“un llamamiento a la ratificación de los acuerdos firmados y actualmente aplicados”</strong> <strong>y acogen “con satisfacción los procesos en curso para la firma del acuerdo modernizado entre la UE y Chile y la UE y México en los próximos meses”. “Tomamos nota de los trabajos en curso entre la UE y Mercosur”,</strong> añade el texto. Por último, las dos partes muestran su “interés estratégico común en un compromiso regular de alto nivel entre la UE y la CELAC” y acuerdan <strong>“celebrar Cumbres cada dos años, la próxima en la región de la CELAC en 2025, y reuniones de ministros de Asuntos Exteriores para llevar adelante los compromisos compartidos”</strong>. En este sentido, esperan “seguir examinando la aplicación de la hoja de ruta birregional 2023-2025, presentada en esta Cumbre”, y anuncian la creación de “una instancia consultiva de coordinación entre la UE y la CELAC para garantizar la continuidad y el seguimiento entre las reuniones de alto nivel y preparar y organizar las reuniones de ministros de Asuntos Exteriores de la UE y la CELAC”.