<h4 class="p1"><b>Luis García Montero</b></h4> <h5 class="p1">Director del Instituto Cervantes</h5> <h6 class="p1"><strong>Alberto Rubio</strong></h6> <h4 class="p1"><strong>Poeta, como Lorca. Y granadino, como Lorca. Luis García Montero recuerda que “fue una de mis lecturas de adolescencia y me marcó mucho; me hizo entender la cultura como algo muy pegado a la vida y a la historia de una sociedad”. Quizá por eso está ahora al frente del Instituto Cervantes, promoviendo la difusión de una cultura, la española, a la que ama sin condiciones. “Ser poeta ayuda, porque la vocación te involucra con los proyectos culturales, pero también hay que tener los pies en el suelo y saber de lo que hablamos”.</strong></h4> <p class="p1"><b>¿No hace falta también ser un soñador, como Federico García Lorca, para dirigir el Cervantes?</b></p> <p class="p1">A la hora de dirigir el Instituto, entré con mucha ilusión porque lo conocía como profesor, como autor, había viajado por muchos Cervantes en todo el mundo. Para los que empezamos a escribir a finales de los 70 y 80, con el inicio de la democracia, la fundación del Cervantes fue un gran acontecimiento. Fue la puesta en marcha de la democracia en nuestra cultura. Conocíamos lo que hacían el British Council, la Alianza Francesa, el Instituto Goethe, y a nosotros nos faltaba algo que no fuese simplemente una Casa de España sino una gran institución.</p> <p class="p1">Al llegar aquí sabía que no me bastaba con enumerar si había escrito sobre Becquer o editado obras de Alberti. Tenía que ponerme a analizar las necesidades de las plantillas, las posibilidades de los centros, la política cultural internacional que le interesa a España y cuáles son los mecanismos que podemos utilizar para tratar como se merece la imagen de España, de su cultura y su lengua, en el exterior.</p> <p class="p1">O sea que sí, soy un soñador como Lorca, pero desde que entré en la universidad y trabaje en extensión universitaria comprendí dos cosas: que hay que tener los pies en la tierra y que no hay nada más poético en la cultura que el dinero. Quien quiere apoyar a la cultura, tiene que hacer presupuestos que impulsen la inversión en cultura.</p> <p class="p1"><b>Por eso le preguntaba. ¿Invertimos suficiente en cultura, empezando por nosotros mismos?</b></p> <p class="p1">Creo que no. Si se analizan los presupuestos de ayuntamientos, comunidades y del propio estado, los presupuestos para cultura tienen poco que ver con los de otros países cercanos. Alemania, Francia o el Reino Unido invierten mucho más en cultura que España. Eso viene de una pérdida de inversiones culturales que hubo durante la dictadura y la posguerra. Poco a poco se ha ido aumentando el presupuesto pero todavía sin llegar al nivel que me parecería correcto.</p> <p class="p1">Invertir en cultura es invertir en democracia y convivencia porque la cultura crea comunidad. Por otra parte, es tomarse en serio todo lo que la cultura aporta al PIB de este país. Mire, el español es la segunda lengua en el mundo por hablantes nativos, después del chino mandarín.</p> <p class="p1">Y nuestras industrias del sector, la editorial, la educativa, la audiovisual, producen mucha riqueza y muchos puestos de trabajo. Solo por eso, ya merecería la pena que fuesen más apoyadas.</p> <p class="p1">Pero fíjese en un ejemplo. A cuenta de las tensiones identitarias que desgraciadamente hemos sufrido, como el ‘procés’ en Cataluña, uno creería que quien quiere afirmar su identidad invertiría mucho más en cultura, pero las inversiones de la Generalitat no han estado tampoco a la altura de los países cercanos. En España nos falta tomar conciencia de lo importante que es la cultura. Ahora vienen unas elecciones y enseguida alguien propone suprimir el Ministerio de Cultura y unirlo al de Educación. Claro que la cultura y la educación están unidas, pero precisamente por esos vínculos y su profundidad, más que diluir la atención con un único ministerio conviene fijarse en un diálogo con ambos ministerios. En ese sentido, creo que no estamos a la altura de Europa.</p> <p class="p1">Le doy más datos: en la crisis de 2008, el presupuesto del Instituto Cervantes se redujo en un 40%. Hubo que vender edificios para mantener el gasto estructural. En estos años hemos conseguido aumentarlo un poco y estamos recuperando un presupuesto que recuerda al de antes. Pero para que se haga una idea, el Instituto Goethe recibe del estado una transferencia de 350 millones de euros; La Alianza Francesa, 300 millones… ¡El Cervantes recibe poco más de 70 millones! Y para completar nuestro presupuesto de 140 millones anuales, casi la mitad proviene de la autofinanciación: clases que se imparten, certificados emitidos, cursos de formación de profesores y algunas subvenciones al margen de los presupuestos del estados. Por eso agradecemos siempre cualquier atención.</p> <p class="p1"><b>¿Se están ejecutando ya los casi 800.000 euros de los fondos ‘Next Generation’ que les adjudicó el Gobierno?</b></p> <p class="p1">Sí, una parte de esos fondos ya nos está permitiendo modernizarnos, crear una nueva página web, entrar en la transformación digital, facilitar la matriculación, preparar plataformas digitales para las clases a distancia. Es toda una transformación tecnológica del Instituto. Por eso siempre digo que, si cualquier Gobierno sube un poquito el presupuesto y ayuda al Ministerio o al Cervantes, no está tirando el dinero sino que está trabajando por lo mejor de nuestra sociedad.</p> <p class="p1">El acceso a esos fondos hace posible que se vean el español y la nueva economía de la lengua como una inversión, con enormes posibilidades económicas. Las inversiones y los acuerdos comerciales se multiplican por mucho cuando se dan entre países que conocen el mismo idioma porque genera confianza. Eso sin contar lo que significa en el panorama internacional formar parte de una comunidad de más de 500 millones de hablantes nativos. Y además somos una de las lenguas oficiales en la Unión Africana gracias a la presencia de Guinea Ecuatorial.</p> <p class="p1">Y aparte de los hablantes nativos, hay 24 millones de estudiantes de español en el mundo en este momento. El español es la segunda lengua en 18 de los 27 países de la UE.</p> <p class="p1"><b>Todos esos datos están muy bien pero ¿no nos hacen ser un poco chovinistas a los españoles?</b></p> <p class="p1">No debemos perder de vista que los españoles sólo somos el 8% de esa comunidad. Hay más hablantes de español en México o en Estados Unidos, donde viven 60 millones de nativos. Lo definió muy bien Carlos Fuentes al recibir el Premio Cervantes cuando dijo que “la fuerza del español es la comunidad”. Ninguno de los países con más hablantes de español tendría fuerza suficiente para imponer un horizonte hispánico en el mundo si se fragmenta. La fuerza nos la dan el diálogo y la conciencia de que todos vamos juntos.</p> <p class="p1">Tenemos una lengua común, pero nadie es dueño del idioma. El idioma es de los hablantes. Y la mejor forma de defender su unidad es respetar la diversidad. No se habla mejor el español en Bogotá que en México, en Buenos Aires o en Madrid.</p> <p class="p1"><b>¿Somos conscientes de la fuerza que tiene nuestra lengua?</b></p> <p class="p1">Los españoles podemos estar orgullosos de lo que hemos hecho. Los filólogos comprendieron rápidamente la importancia de la unidad del idioma, que sólo es posible mantener con el respeto, como dijo Andrés Bello, a mitad del siglo XIX, en el prólogo de su ‘Gramática castellana para uso de los americanos’.</p> <p class="p1">Y se han dado pasos que yo valoro mucho: que la RAE integrase a muchos académicos correspondientes de Latinoamérica; que se pusiese en marcha ASALE, la Asociación de Academias de la Lengua Española, donde están académicos de todos los países, incluso de Estados Unidos; que ahora ya no se haga el diccionario de la RAE, sino el de la Lengua Española, donde trabajan todos juntos.</p> <p class="p1">Al celebrar los 30 años del Instituto Cervantes publicamos el libro “Lo uno y lo diverso”, donde escritores de todos los países reivindican su lengua materna y el valor que tiene que podamos entendernos tantos millones de hablantes. Creo que es una gran riqueza que los españoles hayamos comprendido que formamos parte de una comunidad donde nadie es dueño del idioma y donde todos tenemos que colaborar y sentirnos vinculados.</p> <p class="p1"><b>¿Debe ser la promoción lingüística y cultural una política de Estado?</b></p> <p class="p1">Ésa es la política del Cervantes. Tenemos que aprender a respetar que, además del español, hay otras lenguas como el catalán, el euskera o el gallego. Un instituto como el Cervantes tiene que estar muy interesado en articular España. Y quizá a algunos les hace falta entender que esa unidad que pueden darnos las distintas lenguas a través del Cervantes es beneficioso, nos normaliza. ¡Qué pereza da la cortedad de miras de gente que habla de España y luego quiere crear enfrentamientos!</p> <p class="p1"><b>Algo hemos avanzado de todas formas, ¿no?</b></p> <p class="p1">En la dictadura lo que había eran falsos discursos muy ridículos, porque España había perdido mucho protagonismo en el mundo. Y eso se notaba. Cuando en los años 80 empecé a viajar a Colombia o México, el desprecio que había por la cultura actual española era muy fuerte. Sólo te hablaban del exilio, de Max Aub, de Luis Cernuda, de García Lorca. Y tenías que hacer comprender que la democracia nos permitía ya hablar de todo aquello, pero no con la melancolía del pasado sino con el orgullo del presente. Ahora, más de la mitad de nuestras actividades culturales se hacen en colaboración con las embajadas, las grandes universidades o los institutos latinoamericanos.</p> <p class="p1"><b>¿Qué tal es la colaboración con los gobiernos catalán, vasco y gallego?</b></p> <p class="p1">Hemos firmado acuerdos con las instituciones que representan estas lenguas oficiales. Y colaboramos también en proyectos para estudiar el asturiano, la diversidad entre el andaluz occidental y el oriental o las diferencias entre el valenciano y el catalán. Hacemos convenios con todo tipo de instituciones. Pero en cuanto a la divulgación y enseñanza de los idiomas, solo actuamos en el marco de las cuatro lenguas oficiales.</p> <p class="p1">Creo que hay que hacer un esfuerzo de normalización, de trabajo en común. Por desgracia, a veces afectan las disputas políticas. De pronto hay alguien en Cataluña que comete la estupidez de pensar que el español no es una lengua catalana, sin saber lo que supone la riqueza de un país bilingüe, y otros te dicen que estás sometido al chantaje de los catalanes, los vascos o los gallegos, cuando tendríamos que sentirnos orgulloso de esa diversidad de la cultura española.</p> <p class="p1">Las Glosas nos enseñan que el español nació del latín en un territorio donde se hablaba euskera, en la Rioja, para poder entenderse unos con otros en el Camino de Santiago. Y luego se hizo tan valioso porque tuvo que convivir con el árabe, del que asumió miles de palabras y por cuya influencia se llegó a identificar la unidad de la lengua, el pensamiento y la espiritualidad religiosa. Cuando llegó a América, la difusión religiosa hizo que los misioneros enseñara español a los indígenas, pero también que aprendieran sus lenguas. Y eso creó una comunidad histórica que no tiene nada que ver con el colonialismo de otras potencias.</p> <p class="p1">¿Cómo podemos defender la imagen de España en este contexto? Siguiendo la tradición de aquel diálogo y renunciando en el siglo XXI a cualquier tentación, digamos, imperialista. En España solo somos el 8 por ciento de una comunidad compartida con otros 500 millones de personas.</p> <p class="p1"><b>¿Somos más fuertes diplomáticamente si asumimos y potenciamos nuestra pertenencia a esa comunidad?</b></p> <p class="p1">Claro. Enseñar un idioma es mucho más que enseñar un vocabulario. Es enseñar un conjunto de valores que crean comunidad. La UE apoya ahora mucho más el concepto de interculturalidad que el de diplomacia cultural. Cuando un ministro da una opinión, es la de un gobierno. Pero si un actor o un cantante dan una opinión, eso representa a una sociedad. La diplomacia cultural pega la cultura a los gobiernos. La interculturalidad crea una comunidad, que es un vínculo mucho más sólido.</p> <p class="p1">Cuando se quiso extender por Europa la idea de que en España no había democracia porque se estaba persiguiendo al catalán, fue muy importante que alguien como Joan Manuel Serrat dijese “yo he cantado en español y en catalán, y en España hay democracia, aunque haya errores por un lado y por otro”.</p> <p class="p1">Lo que viene de la cultura no es una pelea política, sino el espíritu de una sociedad. Y la sociedad española puede dar muchas lecciones de democracia en Europa y en el mundo. Deberíamos defender con uñas y dientes el lugar que hemos ocupado en la defensa democrática. Por eso digo que para la imagen de España la cultura es muy importante. Y llevar un idioma por el mundo es mucho más que llevar un vocabulario.</p> <p class="p1">Cuando abrimos nuevos centros como el de Dakar decimos que es importante llevar la cultura española y europea, pero vamos a hacer un viaje de ida y vuelta para contar que en Africa no solo hay pateras, sino tradiciones, cultura, religión, economía, literatura… Y conocernos así, en ambos sentidos, evita prejuicios y a lo mejor conocernos mejor puede facilitar que terminemos con<span class="Apple-converted-space"> </span>este drama de las pateras.</p> <p class="p1"><b>¿La cultura tiene que superar todavía la batalla contra las famosas ‘fake news’?</b></p> <p class="p1">La mentira ha sido utilizada siempre con intereses corrosivos. Fueron los ingleses los que inventaron el nombre de ‘Armada Invencible’ para desprestigiar a España. En nuestros días la mentira tiene más protagonismo por la velocidad de las redes sociales, que han venido para quedarse y nos pueden aportar muchas cosas buenas, pero tengamos cuidado con lo negativo, porque también hay unas posibilidades de manipulación tremendas.</p> <p class="p1">Vivimos una situación muy complicada. Tiempos donde cada vez hay más individualismo y soledad, y más descrédito de todos los valores que parecían importantes. Eso hace posible que jueguen con nosotros las ‘fake news’, porque estamos más dispuestos a creerlas y reproducirlas. Un reciente estudio de la Complutense dice que mas del 90% españoles hemos reproducido mas de una vez falsas noticias. Eso es muy peligroso. Hay que reivindicar el periodismo decente con un valor democrático profundísimo frente a los bulos y las mentiras.</p> <p class="p1"><b>¿Leemos poco o leemos demasiado rápido?</b></p> <p class="p1">Del mismo modo que es peligroso confundir información con comunicación, con las redes por medio, es peligrosos confundir lectura con capacidad de conocimiento. El análisis que hacen los académicos es que en las redes sociales se facilita mucho la prisa, la renuncia a la comprensión, el quedarte con una idea sin saber lo que hay debajo, y sustituir el pensamiento con corrientes de opinión que han perdido la conciencia crítica.</p> <p class="p1">A veces me acusan de que defiendo la lectura porque puede desaparecer la poesía. Pero la poesía, la literatura, no desaparecerá nunca porque cuando un ser humano se enamora tiene que saber decir “te quiero”, y expresar ese sentimiento con la escritura.</p> <p class="p1">Pedro Salinas distinguía entre leedores y lectores. Y las redes sociales tienen hoy demasiados leedores. Lectores son los que tiene capacidad de comprender y llegar al fondo del alma humana a través de un libro. Rousseau decía que la imaginación moral, territorio de la lectura, te ayuda a comprender cómo el otro vive el amor, la muerte, la rebeldía o el miedo. Quien quiera conocer al otro no renunciará nunca a la lectura. Habrá una élite que mantenga la lectura porque te da poder sobre los demás. Eso sí, lo que estará en juego es la democracia cuando en vez de lectores, nos convirtamos todos en leedores.</p> <p class="p1">Antonio Machado en ‘Juan de Mairena’ decía que la verdadera libertad no está en decir lo que pensamos, sino en pensar lo que decimos. Lo que se piensa es importantísimo, pero eso no basta. También tenemos que ser libres para pensar lo que decimos porque si no seremos loros al servicio de otros.</p> <p class="p1"><b>Asia. ¿Qué importancia tiene para nosotros?</b></p> <p class="p5">La relación de fuerzas y el equilibrio de poder, no hay duda, ya ha pasado al Pacífico. Es muy importante estar presente allí. En Asia tenemos un centro en Pekín; hemos conseguido que se nos autorice otro en Shanghai; tenemos también Tokio y Manila; y ya está aprobada por el Consejo de Ministros la apertura del de Seul.</p> <p class="p5">En cuanto a la India, El centro Cervantes con más matrículas es el de Nueva Delhi. Hemos propuesto abrir una extensión en Bombay. Desde el punto de vista de la relación internacional, estamos intentado que nuestra cultura sirva para establecer relaciones. Y jugando con la realidad, nos adaptamos a la realidad de cada país. Es importante estar allí, donde podemos reivindicar valores de España y por tanto democráticos.</p> <p class="p5"><b>Ya que habla de valores, ¿sigue abierto el Cervantes de Moscú? </b></p> <p class="p5">Es un debate que se abrió a cuenta de la guerra en Ucrania. Hay quien dijo que había que cerrarlo. Se dijo que mantenerlo era apoyar a Putin y ofender a Ucrania. Al final expulsaron al director como castigo a Occidente, pero el centro sigue abierto. Cuando valoro la situación, pienso lo importante que es para los españoles, sus descendientes o los rusos que quieren conocer la opinión occidental, poder ir al centro y leer la prensa. Yo lo que puedo hacer es rebajar las actividades culturales. No me puedo arriesgar a que Putin encarcele a un conferenciante por decir lo que piensa. Pero mantengo las clases de español. Y ahí nos vamos sosteniendo.</p> <p class="p5">En cada caso, jugamos con las circunstancias y las realidades. Por ejemplo, detectamos que lo que más interesa de España en Japón es la liga de fútbol. Entonces hicimos un diccionario japonés- español de términos futbolísticos. ¡Fue un completo éxito! Ahora hemos hecho también una edición español-hindi. Y ha funcionado de maravilla.</p> <p class="p5">Eso significa que hay que aprovechar lo que te permite establecer vínculos. Por eso estamos celebrando la nueva traducción del ‘Quijote’ en la India y hemos colaborado en la reedición de su traducción antigua al chino. Pero también nos preocuparnos por otras traducciones y tratamos de conseguir que autores jóvenes interesantes se vayan traduciendo allí y cuáles de allí podemos dar a conocer aquí.</p> <p class="p5"><b>Ojalá le dé tiempo a desarrollar todos esos proyectos.</b></p> <p class="p5">Eso espero. Luego está todo lo que uno no puede solucionar porque no tiene que ver directamente con la dirección del Cervantes: falta de presupuesto, situación de las plantillas, contratos en el exterior, Hacienda.</p> <p class="p5"><b>¿Con Hacienda hemos topado?</b></p> <p class="p5">Bueno, Hacienda tiene<span class="Apple-converted-space"> </span>que pensar en la economía española y no solo en lo que al Cervantes le gustaría hacer. Eso lo comprendo y estoy agradecido. Durante años nuestra plantilla se redujo mucho por jubilaciones o porque al personal se le hacían ofertas mejores y se iban. Ahora estoy agradecido porque nos van permitiendo sacar las plazas que están vacantes. Ya ve, como le decía al principio, es muy importante soñar pero con los pies en la tierra.</p>