<h6 class="p1"><strong>Ángel Collado</strong></h6> <h4 class="p1"><strong>Las mismas encuestas que obligan a Pedro Sánchez a rectificar su ley del “sólo sí es sí” certifican el dato más preocupante para los socialistas ante el ciclo electoral: el PP absorbe el electorado de Ciudadanos y tiene a su alcance la mayoría de los gobiernos autonómicos en juego el próximo 28 de mayo.</strong></h4> <p class="p1"><strong>La desaparición de Cs</strong>, el partido fundado desde Barcelona por Albert Rivera como tercera opción o formación bisagra entre el Partido Popular y el PSOE más de izquierdas de Sánchez, es ya un hecho en Madrid, Andalucía y Castilla y León desde las elecciones regionales celebras en 2021 y 2022. <strong>Los sondeos anuncian resultados parecidos en el resto de España dentro de cuatro meses.</strong></p> <p class="p1"><strong>El centro derecha se vuelve a agrupar en el PP</strong> y, aunque tenga competencia en el extremo del arco parlamentario con Vox, <strong>por primera vez desde 2015 no se presenta a las urnas partido en tres</strong>. Es un avance sustancial para la formación que preside Alberto Núñez Feijóo al modificar el reparto de escaños en toda España, como ya ocurrió en dos de las tres Comunidades autónomas más pobladas, Madrid y Andalucía, para imponerse a toda la izquierda.</p> <p class="p1">El cambio es tan radical y rápido que <strong>en menos de tres años Ciudadanos ha pasado de hacerse con casi la mitad del electorado de los populares a no alcanzar ni el 5 o el 3 por ciento mínimo</strong> que fijan las leyes para entrar en los parlamentos regionales. Y sin esa competencia en el PP ven más cerca la posibilidad de desplazar al PSOE de sus actuales reductos en el poder autonómico, incluido el de la Comunidad Valenciana, la cuarta de más peso económico y con mayor número de electores.</p> <p class="p1">El socialista Ximo Puig preside el gobierno de esa comunidad con una fórmula de coalición con la extrema izquierda de Podemos y el partido nacionalista local parecida a la de Pedro Sánchez en el ámbito nacional. <strong>En 2019, PP y Ciudadanos se repartieron casi por igual (el 19 por ciento y el 17 por ciento cada uno) los votos del centro derecha</strong> mientras que Vox llegó al 10 por ciento. Si los populares recuperan ahora la hegemonía de su antiguo electorado en la región el vuelco estaría servido, igual que en otras regiones como Baleares o La Rioja.</p> <p class="p1">Precisamente a Valencia se llevó Alberto Núñez Feijóo el primer gran acto preelectoral de su partido, en apoyo de sus candidatos autonómicos y municipales, pero también para <strong>escenificar la unidad de su partido</strong> en un momento en el que la coalición de Pedro Sánchez empalma un espectáculo de crisis y división con otro.</p> <p class="p1">Entre los <strong>choques internos por la guerra de Ucrania o el giro promarroquí en el Sahara,</strong> a la ley del “solo sí es sí”, Sánchez convive con Podemos y administra la disensión en su gabinete sin pedir dimisiones ni cesar a nadie porque su pacto de origen con Pablo Iglesias se lo impide.</p> <p class="p1">En el PP ven en esa dependencia de Sánchez de los populistas de Podemos <strong>otra baza que explotar ante las citas con las urnas</strong>. Si el PSOE concurre encadenado a la extrema izquierda porque su jefe de filas lo necesita para seguir en el Gobierno y cuenta con ellos (con el espacio que representa Yolanda Díaz, según sus propias palabras) para aspirar a otro mandato, Feijóo presume de representar a todo el centro derecha. Y procura disimular que puede necesitar de algún tipo de entendimiento con Vox para hacerse con los gobiernos autonómicos que aspira a presidir después de las elecciones del 28 de mayo, como ya ocurrió en Castilla y León hace un año.</p> <p class="p1">De momento, <strong>Feijóo se apuntó en Valencia un tanto muy importante en clave de moral interna para los populares</strong> al reunir a los dos expresidentes del Gobierno de su partido: José María Aznar y Mariano Rajoy. Hacía ocho años que se evitaban y son conocidas sus discrepancias de fondo entre ambos desde que el segundo llegó al poder en 2011. Pedro Sánchez y su coalición con Podemos apoyada por los partidos separatistas han contribuido a esa unidad recuperada del centro derecha tanto o más que la desaparición de Ciudadanos.</p>