Claudia Luna Palencia
Periodista
Hablemos de minerales altamente codiciados y no son ni el oro, ni la plata. En lo que resta del siglo XXI, las próximas guerras podrían desatarse ya no solo por el petróleo o por el agua también por la ambición de poseer las denominadas tierras raras.
Hasta el momento están identificados diecisiete elementos metálicos denominados como elementos de tierras raras (REE, por sus siglas en inglés) que incluyen a quince lantánidos: lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometeo, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio a los que se añaden, el itrio y el escandio, para sumar en total los diecisiete.
En las últimas tres décadas han ganado particular relevancia en la medida que avanza la digitalización y tecnificación de las comunicaciones, su protagonismo va cobrando amplia relevancia, porque son imprescindibles para los teléfonos móviles; los dispositivos tecnológicos, las tablets y todos los gadgets que están reconfigurando la era de la información entre los seres humanos.
El Servicio Geológico de Estados Unidos explica que estos minerales sirven para fabricar más de doscientos productos, no solo para computadoras, también para los vehículos eléctricos e híbridos; los nuevos monitores de pantalla plana y televisores.
Y hasta participan en la guerra. En la cruenta invasión de Ucrania, sus fuerzas militares intentan repeler la invasión de las tropas rusas con equipo, armas militares y drones fabricados igualmente con las tierras raras. Lo mismo que los láseres, los sistemas de sonar, de radar, las pantallas táctiles, las mirillas de precisión de las armas y los sistemas de guía y de geolocalización.
Un simple imán es la ejemplificación más cotidiana de para qué sirve una tierra rara y ya en su versión más sofisticada, una tablet o un tablero con GPS en un vehículo, no serían posible sin su presencia.
¿Pero realmente son tan raras? El geólogo Manuel Regueiro puntualiza que las tierras raras no son realmente “tierras”, sino un grupo muy variado de elementos químicos.
“Tampoco son tan escasos ya que algunos son bastante abundantes como sucede en particular con el cerio muy presente en la corteza terrestre y que es muy parecido al cobre”, apunta.
¿Por qué se les llama tierras raras? A juicio de Regueiro obedece a que en la historia de la química, a los óxidos se les catalogaba como tierras y a este grupo de elementos empezó a llamársele de esa forma; y con el paso de los años, sobre todo en la era actual, se han convertido en un bien muy preciado.
El Colegio Oficial de Geólogos de España explica que fundamentalmente se trata de óxidos y minerales, la mayoría asociados a cuatro tipo de rocas: 1) Carbonatitas, unas rocas ígneas con un 50% de carbonatos localizadas en Mongolia, en los yacimientos de Bayan Obo y en Estados Unidos, en Mountain Pass; 2) rocas ígneas alcalinas como las que prevalecen en Lovozero, Rusia en un yacimiento de sienitas nefelínicas; 3) arcillas lateríticas abundantes en el sureste de China con explotaciones de más de 250 yacimientos; y, 4) depósitos de monacitas hallados en Matamulas en Ciudad Real, España.
Los geólogos también exploran los fondos marinos como posibles vetas de tierras raras. De hecho, la empresa belga Global Sea Mineral Resources (GSR) pretende poner en operación, la primera mina comercial de aguas profundas oceánicas en 2027, con la finalidad de extraer el sedimento marino. Una actividad que los activistas de Greenpeace advierten solo traerá un mayor deterioro de la flora y fauna marinas.
La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos y GSR firmaron un contrato, el 14 de enero de 2013, por un lapso de tres quinquenios para llevar a cabo actividades de “prospección y exploración de nódulos polimetálicos” en 76.728 kilómetros cuadrados del lecho marino “en la parte oriental de la Zona Clarion Clipperton” localizada en el océano Pacífico central.
La economía del presente, pero esencialmente la del futuro inmediato, dependerá en buena medida de las tierras raras, eso lo saben bien las empresas dedicadas a la tecnología, las nuevas tecnologías y tecnologías digitales.
Hasta el momento, China lidera la producción mundial de óxidos de tierras raras, estimada en 168.000 toneladas métricas (TM) anuales. Los planes quinquenales incluyen el aceleramiento del ritmo de exploración y de producción de dichos minerales.
El Observatorio de la Complejidad Económica (OEC, por sus siglas en inglés) indica que en 1993, China producía el 38% de la producción mundial de tierras raras, seguido por Estados Unidos con el 33%; el 12% de Australia y el 5% de Malasia e India, respectivamente. Sin embargo, a partir de 2010, la economía china ha despegado de forma relevante al tal punto que se ha convertido en la principal productora y exportadora, aunque con el Gobierno de Xi Jinping ha ido limitándose cada vez más la cantidad de tierras raras permitidas para exportar porque están dándole prioridad a su acumulación.
¿Cuál es la producción mundial de tierras raras? Datos de Investing News señalan que, en 2021, la producción de metales de tierras raras alcanzó la cuota de las 280.000 toneladas métricas (TM).
Los diez países considerados en el top ten de la producción de estos minerales en 2021 son: 1) China, con 168 mil TM; 2) Estados Unidos, con 43 mil TM; 3) Myanmar o Birmania, con 26 mil TM; 4) Australia, con 22 mil TM; 5) Tailandia, con 8 mil TM; 6) Madagascar, con 3, 200 TM; 7) India, con 2 mil 900 TM; 8) Rusia, con 2, 700 TM por cierto que el Gobierno del dictador ruso, Vladimir Putin, está dando incentivos fiscales y préstamos para que más empresas rusas se sumen a la exploración y producción de las tierras raras. La meta es pasar de tener una cuota de producción mundial del 1,3 al 10% en 2030; 9) Brasil, con 500 MT y recientemente fue descubierto un importante depósito de tierras raras valuado en 8.4 billones de dólares; 10) Vietnam, con 400 MT el Gobierno tiene como meta incrementar la exploración y producción porque con base a la Agenda 2030 de la ONU quiere masificar los paneles solares.
Competencia geoeconómica
Melissa Pistilli redactora de Rare Earth Investing News, explica que en los últimos años la demanda de los metales está aumentando a medida que la energía renovable se vuelve trascendental en todo el mundo.
“Las tierras raras como el neodimio y el praseodimio, que son importantes en las aplicaciones de energía limpia y las industrias de alta tecnología, están en el punto de mira, particularmente a medida que los vehículos eléctricos e híbridos ganan popularidad”, refiere.
La competencia por poseerlas (las tierras raras) genera crecientes roces inevitables: “Las tensiones en curso entre Estados Unidos y China, junto con otros factores sociopolíticos, están afectando las perspectivas de inversión en tierras raras. Dado que China es, con mucho, el mayor productor mundial de materiales, la tensa relación entre los países está llamando la atención sobre la interrupción de la cadena de suministro global en la industria de las tierras raras”.
Si China es el líder en producción y exportación, la economía norteamericana es un importante importador de tierras raras; por ende, está resintiendo toda la inestabilidad global en los mercados provocada primero, por la pandemia y segundo, por la invasión de Rusia a Ucrania.
El ejemplo más claro está en la producción de smartphones. De forma insólita en noviembre pasado, la compañía estadounidense Apple advirtió a sus clientes que habría retrasos, tanto en la producción, como en la venta del iPhone 14.
La Corporación Internacional de Datos (IDC, por sus siglas en inglés) señala que Apple vendió 50,4 millones de unidades entre julio y septiembre de 2021 ubicándose en la segunda empresa con mayores ventas detrás de Samsung con 69 millones de unidades y en tercer lugar la china, Xiaomi, con 44,3 millones de móviles.
Sin embargo, en los últimos meses del año pasado, Apple se ha encontrado con dificultades en la línea de montaje de sus aparatos por falta de suministro de chips y de pantallas.
La revista Canadian Geographic publicada por la Royal Canadian Geographical Society destripa por dentro un smartphone para que la gente comprenda el potencial poder de las tierras raras.
Sus componentes fundamentales están fabricados a partir de los siguientes elementos: 1) El estaño, se utiliza en un óxido que permite que la pantalla funcione como una pantalla táctil; 2) el neodimio, el disposio y el praseodimio, sirven para fabricar imanes que hacen que el teléfono vibre; 3) el aluminio da forma al vidrio de muchos teléfonos inteligentes y también se usa en la carcasa de la batería; 4) el praseodimio, el gadolinio y el neodimio, sirven para los imanes de los altavoces; 5) el terbio, europio, disprosio, praseodimio, lantano e itrio, para crear los colores brillantes en la pantalla; y, 6) los metales preciosos como el cobre, el oro y la plata se utilizan para los componentes microeléctricos del teléfono.
Los nuevos diamantes de sangre
Si bien China ostenta la supremacía en los minerales raros, hay otros actores que terminarán sumados a la competencia; al respecto, un análisis de The Brookings Institution avizora el futuro en el renglón de la producción de estos preciados minerales y África brilla de forma importante.
La economista Gracelin Baskaran puntualiza que estos diecisiete metales “son críticos para la seguridad humana y nacional” y desatarán una feroz competencia por obtenerlos.
“De manera preocupante, la producción de estos minerales de tierras raras se ha mantenido concentrada. China tiene una posición dominante en el mercado, de hecho, ante las crecientes tensiones geopolíticas en torno a China y Taiwán, vemos cómo Estados Unidos, Australia, Canadá y otros países buscan reducir su dependencia de China como fuente de producción y procesamiento de tierras raras”, indica la especialista.
Y en esa geopolítica y geoeconomía, los países africanos tendrán un papel relevante, como explica Baskaran: “Con su rica dotación de productos básicos clave, los países africanos pueden aprovechar esta búsqueda de nuevas fuentes de elementos de tierras raras para generar ingresos muy necesarios para financiar objetivos socioeconómicos básicos y reducir la pobreza, utilizar el Área de Libre Comercio Continental Africana (AfCFTA) para mejorar la generación de riqueza y fortalecer las alianzas comerciales globales”.
La investigadora señala que el potencial completo de África en tierras raras está en gran parte desaprovechado debido a los bajos niveles de exploración. Le hace falta dinero y programas dirigidos concretamente a dichos fines.
De acuerdo con el estudio de Brookings, el presupuesto de exploración minera en África subsahariana –en 2021– fue el segundo más bajo del mundo: aproximadamente la mitad del de América Latina, Australia y Canadá, a pesar de tener el triple de la superficie de Canadá y Australia.
Ese año sobre una base anual, el presupuesto de exploración de Canadá aumentó un 62%, seguido por un 39% en Australia, un 37% en Estados Unidos y un 29% en América Latina. El presupuesto para África creció solo un 12%.
“Y la gran mayoría de la exploración continúa concentrándose en oro, en lugar de tierras raras o metales verdes críticos para la transición de energía limpia.
Ampliar la exploración es fundamental para permitir que África identifique y extraiga elementos de tierras raras; ya se han encontrado varios depósitos ricos”, según Baskaran.
Para la especialista, África debe usar los recursos de manera estratégica para construir asociaciones comerciales sólidas y fortalecer su presencia en las cadenas de valor globales, particularmente con Estados Unidos, la UE y Australia. Aunque ni Rusia, ni muchos menos China, ni la creciente presencia del extremismo radical yihadista que controla diversas regiones –junto con sus cadenas de valor– querrán quedarse de lado en el futuro despegue africano. Y eso traerá muchas nuevas tensiones globales.
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