The Diplomat
El Alto Representante de la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, defendió ayer la necesidad de un «rearme coordinado» de la Unión Europea para preparar al bloque comunitario para una posible guerra.
«Necesitamos un proceso de rearme que se haga de manera coordinada (…). Mi tarea es planificar ese desarrollo militar», explicó Borrell durante su intervención en el Foro La Toja, en Galicia, informa Europa Press.
Para Borrell «no hay mal que por bien no venga» en referencia a la guerra en Ucrania: la UE debe «integrar la guerra en su horizonte existencial e integrar las fuerzas armadas».
Los ejércitos europeos ahora tienen «duplicidades y redundancias». «Gastamos cuatro veces lo que gasta Rusia y lo mismo que gasta China y seguramente de forma menos eficaz«, argumentó.
Borrell destacó que la UE se ha construido sobre la base del comercio y el derecho, pero «quiso obviar el concepto de poder» fiándolo a la interdependencia en las relaciones comerciales y puso como ejemplo la compra del gas ruso.
«Hoy nos damos cuenta de que la interdependencia sola no garantiza la paz (…). Mucho Kant y poco Hobbes», señaló, en referencia a los dos filósofos. «Ahora nos damos cuenta de que la unidad construida con acuerdos alambicados no basta», remachó.
«Vivimos en un mundo peligroso. Vivimos en un jardín rodeado de jungla. No basta con levantar mundos protectores. Tenemos que comprometernos más con la jungla», afirmó. En ese sentido, «los instrumentos militares no son un capricho». «Son necesarios, imprescindibles para la supervivencia», subrayó.
Por ello, según Borell, en el caso concreto de Ucrania la UE «tiene que hacer más de lo mismo: más ayuda militar, más sanciones a Rusia y más trabajo diplomático para convencer a mundo».
En lo que respecta a la inyección de fondos a Ucrania, recordó que se han destinado 2.500 millones en ayuda bélica, «algo que no se podía hacer según los tratados», y apuntó que cada Estado por su cuenta ha aportado más financiación hasta llegar a «la mitad de lo que da Estados Unidos».
Borrell, además, criticó los referéndums «inválidos» de anexión a la Federación Rusa en las regiones del este de Ucrania. Son votaciones «celebradas de la noche a la mañana, en medio de un país en guerra, sin censos ni garantías». Son una «pantomima», dijo.
El jefe de la diplomacia europea señaló que «para comerciar hacen falta dos, pero para hacer la guerra basta con uno y ese uno está dispuesto a hacerlo y la ha hecho». Sin embargo, para Borrell «Rusia ha perdido ya la guerra en términos morales y políticos, pero Ucrania todavía no la ha ganado».
«La guerra hay que acabarla bien para construir la paz. La guerra tiene que acabar con que Ucrania pueda defender su integridad territorial y la recupere y que Rusia reconozca su culpabilidad moral. No podemos pedir menos, no podemos flaquear porque lo que está en juego no es la integridad territorial de Ucrania. Lo que está en juego es nuestro modelo de vida», advirtió.
Borrell comparó a Rusia con la economía italiana en términos globales, aunque el PIB per cápita es cuatro veces menor. «Rusia es un enano económico, una gran gasolinera en la que el propietario tiene armas nucleares», manifestó.
El Alto Representante puso el foco en el «resentimiento» de Rusia con Occidente y lo comparó con China, indicando que ese país “sabe muy bien que primero tiene que tener las armas de la economía y la tecnología. Lo están haciendo y muy bien».
«Rusia no lo ha conseguido y ahora trata de conseguirlo por la violencia armada. Cuando el fracaso militar siga al fracaso económico, ¿qué pasará con Rusia?», planteó, antes de recordar que cuenta con armas nucleares.