<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>Los países de la Unión Europea acordaron ayer suspender en su totalidad el acuerdo de facilitación de visados con Rusia, lo que supondrá una reducción importante del número de permisos para que ciudadanos rusos entren en la UE y más trabas para conseguirlos.</strong></h4> Tras la reunión informal de ministros de Asuntos Exteriores celebradas el martes y miércoles en Praga, el Alto Representante de la UE para la Política Exterior y de Seguridad Común, <strong>Josep Borrel</strong>l anunció, que, tras la invasión de Ucrania por Rusia, “los Estados miembros consideran que <strong>no pueden seguir las cosas como si nada”</strong>, por lo que acordaron que “políticamente” se debía hacer algo y, en concreto, una medida que afecta al turismo ruso que tiene Europa como destino. Borrell explicó que con este paso será “más difícil y llevará más tiempo” conseguir visados.<strong> “El número de visados se reducirá”</strong>, indicó, al tiempo que afirmó que existe un enfoque común en la UE que evitará que los ciudadanos rusos puedan aprovechar la falta de coordinación entre países para obtener permisos de viaje. A estas trabas, se suma que la medida supondrá<strong> un encarecimiento en los trámites que los ciudadanos rusos tienen que formalizar para obtener un permiso para estancias de 90 días.</strong> La suspensión del acuerdo de facilitación de visados con Rusia ha terminado siendo el punto de encuentro <strong>entre los Estados miembros que pedían una prohibición total de la entrada de rusos a la UE, como los bálticos,</strong> y los que reclamaban ser más selectivos. "Estos acuerdos se hacen para facilitar las cosas y si se pone fin no habrá más facilidades, será más difícil conseguir visados. Será posible conseguirlos, pero en menor número", dijo Borrell en rueda de prensa. Sobre los controles en frontera que ya aplican algunos Estados miembros, como Estonia, para frenar la llegada de ciudadanos rusos a terreno europeo, Borrell explicó que los Veintisiete pueden adoptar un amplio abanico de medidas en el marco del código Schengen. De esta forma, abrió la posibilidad de que los Estados miembros para tomar medidas a nivel nacional sobre visados y controles fronterizos, según la situación que enfrenten, para regular la frontera. En cuanto a los visados ya emitidos, los Estados miembros decidieron encargar a la Comisión Europea que estudie la situación y ofrezca una serie de orientaciones para adoptar posibles restricciones. La llegada de turistas desde Rusia se ha convertido "en una cuestión de seguridad" para los países vecinos de la UE, como los bálticos y Finlandia, admitió Borrell, quien añadió que este verano se ha visto a ciudadanos rusos viajar por ocio a Europa, "como si no hubiera guerra en Ucrania". <h5><strong>Posición española</strong></h5> Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, celebró que los Veintisiete hayan sido capaces de encontrar un "equilibrio" entre las posturas enfrentadas. Albares reconoció que en las actuales circunstancias por la invasión rusa de Ucrania no puede seguir habiendo "normalidad" en la expedición de visados y seguir permitiendo que "ciertas personas puedan venir, comprar y veranear sin ninguna dificultad en la UE". Pero al mismo tiempo, defendió que se tiene que seguir permitiendo llegar a Europa a "aquellos sectores de la sociedad rusa que no están de acuerdo con lo que está ocurriendo", a los jóvenes, a los estudiantes y los artistas y también a quienes "están siendo perseguidos por el régimen de Vladimir Putin y que necesitan nuestra protección".