The Diplomat
La muerte del último presidente de la Unión Soviética e impulsor de la “perestroika”, Mijail Gorbachov, ha provocado numerosas reacciones en España.
Así, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, expresó en su cuenta de Twitter su pesar por el fallecimiento de Gorbachov, asegurando que ayudó a hacer del mundo «un lugar con más paz y libertad» y que, contribuyó con sus decisiones «de forma decisiva a terminar con la Guerra Fría y hacer de Europa, y del mundo, un lugar con más paz y libertad».
Por su parte, el ex presidente del Gobierno Felipe González, que tuvo un trato directo con él en la segunda muitad de los años ochenta y comienzo de los noventa, dijo que fue «una personalidad extraordinaria» que «cambió el mundo», aunque desde entonces el mundo no ha encontrado su equilibrio.
González recordó que mantuvo una intensa relación con él desde que tomó posesión como primer secretario del PCUS en 1985 hasta la Conferencia de Paz de Madrid de 1991, cuando ya hablaba con él de una posible salida del poder.
El Alto Representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, dijo que “Gorbachov mandó un viento de libertad a la sociedad rusa y trató de cambiar el sistema comunista desde dentro, lo que resultó imposible».
Tras subrayar que «empezó una era de cooperación con Occidente y puso fin a la Guerra Fría», Borrell lamentó que “desgraciadamente las esperanzas se han desvanecido», en referencia a la actual relación con la Rusia de Putin y a la agresión militar contra Ucrania.
En la misma línea, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, expresó su confianza en que «el espíritu, la inteligencia y sobre todo el deseo de diálogo, de paz y distensión de Gorbachov sea lo que vuelva a prevalecer en Rusia».
“Necesitamos muchos Gorbachov en el mundo de hoy en día», resaltó Albares, quien dijo que con su muerte «desaparece una figura fundamental para comprender el mundo en el que vivimos, basado en reglas predecibles» y que «apostó siempre por la paz, por la distensión y por el diálogo».
Según el ministro, Gorbachov «comprendió que Rusia y Europa debían mantener un diálogo permanente e hizo todo lo que tenía en su mano por crear un área de prosperidad compartida entre Rusia y Europa».