Como amante de la diplomacia y la política internacional, seguro que el concepto de ONG te resulta familiar, ¿pero qué dirías si te hablamos del concepto de BINGO? ¿Crees que tiene que ver con el juego o estamos hablando de otra cosa bien diferente? Si te ha picado la curiosidad, sigue leyendo y encontrarás la respuesta a estas preguntas en este artículo.
Un acrónimo bien curioso
El bingo es un juego de azar popular en todo el mundo desde hace ya medio milenio. Las salas de bingo de toda la vida son sitios muy populares de socialización y juego, en los que podemos probar suerte para ver si cantamos alguna línea. Y, hoy en día, con la consolidación definitiva de internet, las salas virtuales como la de tombola bingo 90, abiertas las 24 horas del día los 7 días de la semana, hacen las delicias de todos los amantes de este emocionante juego de azar.
Pues bien, esta palabra se ha convertido hoy de manera curiosa en uno de los acrónimos en inglés más presentes en las políticas internacionales, de cooperación y de ayuda al desarrollo: BINGO (Big International Non-Governmental Organisation, Gran Organizacion Internacional No Gubernamental en castellano).
Las principales claves de estas grandes entidades no gubernamentales
Las BINGO suelen tener su sede en una ciudad importante de un país desarrollado. Es frecuente que opten por tener su sede en urbes prestigiosas como Nueva York, París, Londres o Ginebra.
En el tema económico, están financiadas principalmente por gobiernos, empresas y fundaciones filantrópicas de multimillonarios como Bill Gates o George Soros.
La mayoría de las BINGO se crean con un propósito específico, como la protección de la fauna o el medio ambiente, la prestación de servicios médicos a las poblaciones más pobres del mundo, la ayuda a los países en desarrollo en épocas de hambruna o el trabajo por una mayor transparencia en los mercados financieros.
Sus fundadores, propietarios y dirigentes son, casi en su totalidad, europeos y estadounidenses y bien formados, al igual que la inmensa mayoría de sus directivos.
El riesgo de tener una posición basada en la hegemonía financiera y cultural
¿Son las BINGO vehículos para el progreso humano o instrumentos de perpetuación de desigualdades estructurales? Responder a esta pregunta no es fácil y le corresponde al lector llegar a sus propias conclusiones.
Por un lado, la erradicación de enfermedades infecciosas como la malaria, financiada por grandes organizaciones no gubernamentales como la Fundación Bill and Melinda Gates, parece un bien innegable. Pero, por otro lado, incluso las propias BINGO admiten a veces que sus operaciones reflejan los imperativos de sus financiadores, filtrados a través de sus propias perspectivas occidentales.