«El 3 de noviembre volverá el sentido común a la Casa Blanca y a Estados Unidos»

Juan Verde

Asesor demócrata y ex subsecretario de comercio de EEUU  para Europa

 

A. Rubio

 

“Believe, Cree”, son las dos palabras con las que Juan Verde abre su página web. Este grancanario que salió de su natal Telde a los 15 años para cumplir su “sueño americano” asegura a The Diplomat en una entrevista realizada por Zoom que, ahora más que nunca, “son tiempos para creer” en el cambio que propone el candidato presidencial demócrata, Joe Biden, en unos Estados Unidos “absolutamente polarizados”.

 

¿Esa polarización de la que habla se puede revertir?

Creo que se puede y se debe. Hay una correlación directa entre la inestabilidad económica y la inestabilidad social. En España estamos en una crisis económica sin parangón; en Estados Unidos pasamos por la peor crisis económica desde la Gran Depresión. Deberíamos estar muy preocupados. Si algo hemos aprendido a lo largo de la historia es que esos momentos son los más vulnerables para los sistemas políticos. Pasó después de la Gran Depresión en Estados Unidos, cuando volvió a preocuparse de sus prioridades internas. Y fue un error histórico que llevó a una década de aislamiento, nacionalismo y populismo. Ahora podemos estar ante una situación muy similar.

 

¿Por qué cree que los populismos tiene tanto éxito en sociedades tan avanzadas?

Somos sociedades avanzadas compuestas por individuos muy básicos. La gente en política no recuerda lo que le dices, sino cómo le hiciste sentir cuando se lo dijiste. Y en un momento en el que hay incertidumbre política, económica, social, hace cuatro años, Trump representó una esperanza de cambio radical que era mentira. Pero hay un segmento de la población que cree que no tiene nada que perder cuando hay una crisis económica tan profunda, empiezan a cambiar los paradigmas y el sistema da señales de agotamiento.

No obstante, este sistema capitalista sigue siendo la opción más viable. Es cierto que no ha sido igual de beneficioso para todos y esa falta de igualdad nos ha traído hasta aquí. Es el momento de reconstruir, pero de hacerlo mejor. Como dice Biden, “Re-build better”. Lo que no tiene sentido es volver a lo que teníamos antes porque eso no funcionaba.

 

¿En qué basaría esa nueva economía?

En las tres ‘P’ que dicen los americanos. “People, Profit, Planet” (la gente, el beneficio, el planeta). La economía no puede tener en cuenta sólo el beneficio. El nuevo modelo económico se basa, por supuesto, en el beneficio, pero tiene que pensar también en el planeta y en las personas. En conjunto, crean un ecosistema que hace que el modelo económico sea mucho más sostenible, que permite a las empresas ganar mucho más dinero durante mucho más tiempo. ¿Acaso no es mejor eso que una visión cortoplacista de ganar mucho dinero durante poco tiempo a expensas del planeta y de las personas?

 

¿Ese mensaje calará en el votante norteamericano o volverá a ganar por Trump?

Soy muy optimista al respecto. Creo que el 3 de noviembre volverá el sentido común no sólo a la Casa Blanca sino a Estados Unidos. Trump no representa los valores del americano medio. Me niego a pensar que la mayoría son xenófobos, misóginos y machistas que quieren una sociedad donde imperen la división y el odio. Esto ha sido un paréntesis en la historia de Estados Unidos. La administración Biden-Harris volverá a la comunidad internacional con una visión más inclusiva, tanto nacional como internacional frente a los grandes retos, como el terrorismo, las pandemias, el cambio climático o la evasión fiscal.

 

Estos últimos cuatro años, la confrontación ha sido general.

Creo que esto ha sido un retroceso muy desafortunado, por ejemplo en la relación con nuestros aliados europeos. ¿Qué mejores aliados que Estados Unidos y Europa? Ha sido el periodo de mayor estabilidad, paz y prosperidad económica en Europa. Y Trump lo ha puesto todo en tela de juicio: la viabilidad de la OTAN, el Tratado de Libre Comercio… También hemos salido de la OMS, en mitad de la peor pandemia de la historia, y de los acuerdos de no proliferación de armas nucleares. No tiene sentido.

 

¿Tiene solución la confrontación con China?

Independientemente de quién gane el día 3 nos abocamos a un modo más polarizado, en el que veremos dos grandes potencias Estados Unidos y China. Y hay formas de entenderlo, la actual del presidente Trump: confrontación, distanciamiento, aislamiento, donde no hay nadie que gane, y la visión de Biden, que quiere impulsar una actitud firme frente a China pero sentándonos a dialogar. Todos tenemos mucho que ganar si colaboramos y mucho que perder si no lo hacemos.

 

Hablando de la pandemia. ¿No debería la OMS asumir la coordinación, el liderazgo para luchar contra ella?

Es la única forma de hacerlo. No hay otra. La pandemia, como el cambio climático, no entienden de respuestas unilaterales. Ni siquiera bilaterales. No hay fronteras que frenen a los virus. Y no hay forma de combatirlo de forma efectiva sin la colaboración entre los países. Esa es la clave pero ¿qué tenemos? En primer lugar, un presidente de Estados Unidos negacionista. Y no solo negacionista del cambio climático, también de la ciencia. No escucha a sus asesores. Han muerto 215.000 norteamericanos y la economía está en una situación caótica. Trump no es el culpable de la pandemia, pero sí es el absoluto y único culpable de que Estados Unidos sea el país que peor ha gestionado la pandemia. Estados Unidos representa el 4% de la población mundial y el 22% de las muertes. No tiene sentido.

 

¿Cómo se ve a España desde el exterior? ¿Es tan grave nuestra situación?

Me temo que sí. España está en un momento histórico de disfunción. No es comentario ideológico. Me temo que ni gobierno ni oposición están a la altura. Lo que veo desde lejos es una falta de visión de estado, de entender la política como la única forma de cambiar lo que no nos gusta. Y veo que en España se anteponen visiones cortoplacistas y poco sostenibles. Esto puede ser muy peligroso.

 

¿Y cómo encontramos políticos más sensatos?

El problema principal de la democracia en España no tiene que ver con los partidos ni la corrupción sino con la falta de listas abiertas. Tenemos un sistema donde los individuos no pueden participar en el proceso electoral de los partidos sin que alguien los ponga a dedo. Cuando lo que importa es que obedezcas y que estés siempre alineado con los intereses de tu jefe, se crea un sistema perverso, corrupto y poco viabilidad.

Para mí esa es la clave de la verdadera democracia. Y lo que está pasando en España tiene que ver con esa falta de transparencia y de participación, porque la gente no puede participar de forma directa. ¿Cuál es mi esperanza en todo eso? La sociedad civil.

 

¿La diferencia entre republicanos y demócratas a la hora de ganar unas elecciones es que ustedes son más autocríticos y les cuesta cerrar filas en torno a su candidato si no les convence?

Es un análisis simplista pero acertado. En Estados Unidos no hay una izquierda como se entiende en Europa. Los republicanos creen que ellos son los dueños de la verdad única. Los demócratas admitimos que haya otras “verdades”. Y eso se manifiesta en ese cierre de filas incondicional o que haya diferentes cuerdas en el Partido Demócrata. Creo que somos más demócratas que los republicanos.

 

Puestos a decantar la balanza, ¿qué estados serán decisivos en estas elecciones?

Serán 6 o 7 estados. Ohio, Iowa, Virginia, Florida, Arizona, Colorado… La gran sorpresa este año es que en las ultimas dos semanas hemos ido acercándonos en las encuestas en varios estados en los que no lo esperábamos, como Texas, por primera vez en 50 años, o Iowa, donde prácticamente hay un empate técnico. Esto demuestra la vulnerabilidad de Trump y nos hace optimistas.

 

¿Es usted la encarnación española del sueño americano?

Nadie me tiene que convencer de que existe el sueño americano. Lo he vivido en primera persona. Me fui allí con quince años, a los 22 estaba trabajando en la Casa Blanca con Clinton, y a los 39 con Obama. No sé si un inmigrante de primera generación tendría esas oportunidades en España o en otro país europeo. En Estados Unidos todavía existe la meritocracia. Y eso es algo por lo que vale la pena luchar. Por eso estamos los demócratas dando todo lo que tenemos para ganar estas próximas elecciones. Para que el sueño americano siga siendo real.

 

Puestos a seguir en política, ¿le gustaría ser alcalde de Telde?

En estos momentos, no está en mi horizonte. Mi vida ahora está en Estados Unidos, pero cuando me jubile y quiera volver a Canarias a lo mejor busco la manera de aportar mi granito de arena para devolverle a la sociedad algo de lo que he aprendido por el camino.

 

 

Alberto Rubio

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