<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>El Instituto Cervantes abrió este pasado jueves la biblioteca de su centro de Alejandría con el nombre del poeta Jaime Gil de Biedma, en una ceremonia en la que intervinieron el director de la institución, Luis García Montero, y el embajador de España en Egipto, Ramón Gil-Casares.</strong></h4> El Instituto Cervantes de Alejandría se encuentra ubicado en un emblemático palacete edificado en 1880 por el italiano Filippo Pini. La nominación de Alejandría se inscribe en la política del Instituto Cervantes de bautizar a sus bibliotecas con el nombre de grandes autores de la cultura española e hispanoamericana. El encuentro, que comenzó con una bienvenida de la directora de los Cervantes de El Cairo y Alejandría, la escritora y periodista Silvia Rodríguez Grijalba, contó también con la asistencia de los cónsules de diversos países hispanoamericanos, hispanistas, rectores y decanos, entre otros invitados. También participó en el acto la cineasta y escritora Inés García Albi, sobrina de Jaime Gil de Biedma (Barcelona, 1929-1990). Después del acto de apertura, Luis García Montero y Alaa Abd el Bari, representante de la Academia Egipcia de Ciencia y Tecnología, firmaron un acuerdo de colaboración en el marco de <em>Ciencia con Ñ</em>, un programa suscrito el pasado mes de octubre por el Ministerio de Ciencia Innovación y Universidades de España y el Instituto Cervantes para potenciarán las relaciones académicas, culturales y científicas de España con otros países. Los fondos de la biblioteca del Cervantes de Alejandría se centran en el aprendizaje y la enseñanza del español como lengua extranjera, y ofrecen a estudiantes y profesores los materiales necesarios para el estudio, la investigación y la formación continua. Contiene asimismo una amplia selección de literatura española y latinoamericana, películas, música, revistas, audiolibros, libros electrónicos y recursos electrónicos en red del mundo hispanohablante. A partir de ahora, será un referente en la obra literaria de Jaime Gil de Biedma, quien además de poesía, cultivó la prosa y el ensayo y extendió su labor a la crítica.