Enrique Miguel Sánchez Motos
Administrador Civil del Estado
Comentaba en mi anterior artículo que la derecha no tiene visión histórica, al contrario que la izquierda marxista. Argumenté ya la visión del marxismo sobre la economía. Y dejamos aplazado el análisis de la visión histórica de unos y otros en el ámbito político. Vamos con ello.
En el plano político, la derecha sigue sin darse cuenta de que el marxismo sigue siendo el referente clave de la izquierda, que sigue presumiendo de superioridad intelectual y moral, que según ellos se desprende de la ideología marxista. La derecha sigue sin leerse el Manifiesto Comunista y parece no saber que “los comunistas abiertamente declaran que sus objetivos solo pueden alcanzarse derrocando por la violencia todo el orden social existente”.
También ignora que el marxismo era la ideología del Partido Socialista Obrero Español, fundado por Pablo Iglesias en 1879 y que sólo cien años después, en 1979, se eliminó de su ideario, por exigencia de Felipe González.
La derecha y la socialdemocracia ignoran que el marxismo revolucionario impulsó, no sólo el golpe del 34, sino también la violencia revolucionaria, durante la República y después, durante la Guerra Civil. En consecuencia, ignoran que el golpe militar de Franco fue, en gran medida, una reacción contra ese marxismo, que ya se había instalado en la Unión Soviética y que pretendía instalarse en España.
La derecha, desde que se aprobó la Constitución, ha callado por ignorancia, ante sucesivas actuaciones que fueron ensalzando el lado de la izquierda, durante la Guerra Civil y denigrando al lado franquista anti marxista. Todo ello culminó, en 2007, con la aprobación de la Memoria Histórica, que Rajoy pudo haber derogado sin más, con su mayoría absoluta de 2011, pero no lo hizo, muestra evidente de que la derecha no ha entendido aún que el marxismo no es su adversario, sino un enemigo irreconciliable que quiere destruir y hacer desaparecer todo lo que suene a derecha en la historia.
La conclusión de este breve artículo es clara: la derecha no cumplirá su papel en la historia mientras que no rechace, sin paliativos, al marxismo y sus secuelas en la economía y la política. No debe tener miedo a quedarse sola.
En política, el marxismo pretende ejercer un poder totalitario. Frente a él, la derecha debe ser implacable, denunciando su totalitarismo. Al mismo tiempo debe propugnar la libertad de expresión, el diálogo y la transparencia democrática. Por supuesto que la responsabilidad histórica de la derecha no se acaba con la denuncia total del marxismo político y económico y de sus ramificaciones. Hay que construir la nación de “convivencia democrática” que propugna el preámbulo de nuestra Constitución. Pero el cómo tendrá que quedar para un futuro artículo.
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