<strong><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><span style="font-size: large;"><span style="color: #000000;">Luis Ayllón</span></span></span></strong> <h4><strong>La información difundida ayer de que el Tribunal Supremo ha decidido condenar a los principales responsables del 'procés' independentista en Cataluña por delitos de sedición y malversación, y no de rebelión, se convirtió en la estrella de la recepción ofrecida por los Reyes en el Palacio Real.</strong></h4> Don Felipe y Doña Letizia recibieron a unos 1.200 invitados para celebrar el 12 de octubre, Día de la Fiesta Nacional, después de haber asistido a un desfile militar en el Paseo de la Castellana. Entre los invitados se encontraban el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y sus ministros; presidentes de las Altas instituciones del Estado; miembros de la Judicatura; líderes de los principales partidos políticos; embajadores extranjeros acreditados en Madrid; empresarios;y periodistas. Como cada año, la recepción fue el marco idóneo para numerosos corrillos, en los que se habló de los principales asuntos de la actualidad en España. A priori, se pensaba que asuntos como las elecciones generales del próximo 10 de noviembre, la exhumación de los restos mortales de Franco y la sentencia del juicio a los líderes del proceso independentista, serían los temas principales de conversación. Así fue, pero, por encima de todos, sobresalió la noticia sobre la sentencia del Supremo que se esperaba conocer el lunes o martes, pero de la ayer se adelantó lo sustancial: la calificación que a los magistrados les merece la actuación de los sometidos a juicio. Uno de los primeros abordados por los periodistas fue Manuel Marchena, presidente de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, quien no ocultó su disgusto por la filtración del fallo, pero advirtió de que «la sentencia no estará terminada hasta que la firme el último magistrado». Los responsables políticos se mostraron cautos a la hora de valorar lo publicado y prefirieron dar su opinión cuando la sentencia sea publicada oficialmente. El jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, anunció que comparecerá en el Palacio de la Moncloa el mismo día en que se conozca el fallo. Añadió que, ante las reacciones a la sentencia que se puedan producir en Cataluña, el Gobierno tiene previsto todos los escenarios e irá actuando en función de lo que se produzca, con los instrumentos "ordinarios" y bajo los principios de "firmeza democrática, proporcionalidad y unidad". Sánchez aseguró que, si tiene que tomar medidas, hablará con los líderes de otras fuerzas políticas. Ayer, el presidente del PP, Pablo Casado, afirmó que el Gobierno sabe que tiene su apoyo para "lo que tenga que hacer en Cataluña", mientras el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, se limitó a transmitir “ánimo” al juez Marchena. Más locuaces se mostraron con respecto a los próximos comicios. Sánchez reconoció que las encuestas apuntan a un cierto frenazo del PSOE, pero indicó que son un punto de partida y está convencido de que los ciudadanos "votarán desbloqueo" y habrá gobierno en diciembre. Casado, por su parte, piensa que al PSOE la campaña se le está haciendo larga, al contrario que al PP. Indico que él va a seguir hablando de los problemas reales de la gente y no de asuntos como la exhumación de Franco. Además, cree que si el PSOE piensa seguir en su estrategia de intentar dar miedo con Vox, debería ver que Vox ya no da miedo. Varios dirigentes de Vox, con Santiago Abascal a la cabeza, se estrenaron en una recepción del 12 de octubre, mientras los de Unidas Podemos, como en otras ocasiones, estuvieron ausentes. También el ministro de Asuntos Exteriores en funciones, Josep Borrell, fue muy solicitado por los asistentes, que le felicitaron por su nombramiento como Alto Representante de la UE para la Política Exterior, aunque, probablemente, su toma de posesión, se demorará hasta el 1 de diciembre, tiempo en que seguirá al frente del Palacio de Santa Cruz.