<h6><strong>Andreu Cornelles</strong></h6> <h4><strong>En un contexto de guerras comerciales y de ruptura del orden multilateral, dos grandes bloques, la UE y Mercosur, firmaron el pasado junio tras más de 20 años de negociaciones el Acuerdo de libre comercio. A tal efecto, <a href="http://www.casamerica.es/economia/efectos-y-potencialidades-del-acuerdo-ue-mercosur" target="_blank" rel="noopener noreferrer">Casa de América</a> y el Instituto de Iberoamérica de la Universidad de Salamanca organizaron el pasado martes un seminario de análisis sobre los efectos que tendrá éste en la región y sobre las posibilidades económicas que se abrirán.</strong></h4> En el seminario participaron los representantes de las embajadas de los países miembros de Mercosur, así como el director general de Casa de América, Antonio Pérez, que señaló como el acuerdo “es una gran noticia para América Latina y la UE por su carácter simbólico y económico” y que pudo firmarse sin crear “vencedores ni vencidos”. Los representantes diplomáticos destacaron que el acuerdo no solo se sustenta en el libre comercio, sino que el diálogo político y la cooperación birregional también forman parte de sus pilares. Es por ello que existen disposiciones específicas sobre el desarrollo sostenible, la Agenda 2030 y el impulso de las PYMES en el acuerdo. Hasta 800 millones de consumidores, un <a href="https://thediplomatinspain.com/2019/07/acuerdo-ue-mercosur-leccion-diplomatica-frente-al-proteccionismo/" target="_blank" rel="noopener noreferrer">25% de la economía mundial</a> y una corriente birregional de más de 90.000 millones de euros, se verán beneficiados. Y a nivel nacional, España “podrá duplicar en 5 años sus exportaciones a los países de Mercosur con la consiguiente creación de puestos de trabajo”, recalcó Pérez. El embajador de Brasil, Pompeu Andreucci, recordó el largo camino recorrido, iniciado con el Acuerdo Marco Interregional de Cooperación firmado en Madrid en diciembre de 1995 y que culminó en junio con “un mensaje de apoyo al multilateralismo en un momento de agotamiento del ciclo económico mundial”. El embajador brasileño se mostró favorable al “comercio multilateral y a la liberalización comercial como motor de desarrollo” y a los “efectos y ventajas sistémicos globales” del acuerdo. El acuerdo supone “un compromiso firme de ambos bloques respecto a la apertura económica y la competitividad mundial”, añadió Andreucci. Las ventajas que aportará el acuerdo a la economía brasileña, según informó el jefe de la misión diplomática, serán la liberalización de más del 90% del mercado en volumen y líneas arancelarias por parte de ambos bloques, un mejor acceso a productos agrícolas y a su exportación, la eliminación del 100% de la tarifa arancelaria en productos industriales, la atracción de inversiones internacionales y la creación de sinergias entre el plano económico, el político, la cooperación y el libre comercio. Asimismo, la encargada de negocios de la embajada de Paraguay, Liz Coronel, recalcó el papel impulsor que ha representado Paraguay, “siendo para nosotros un acuerdo prioritario por los lazos históricos, culturales, y de cooperación”. La representante paraguaya identificó como ventajas la concesión de una cuota exclusiva para el mercado europeo de azúcar orgánico de 10 millones de kilos y “la mejora de calidad de la producción nacional, que nos obligará a exigirnos más, y a largo plazo nos facilitará el acceso a otros mercados internacionales que demandan calidad”. Por su parte, Santiago Mastandrea, consejero de la Embajada de Uruguay identificó el acuerdo con el cumplimiento de uno de los objetivos de la política exterior de Uruguay, “mejorar la capacidad exportadora”, y de esta forma “volver a insertarse comercialmente en el mundo”. Mastandrea señaló que el acuerdo supondrá para su país un ahorro de 106 millones de dólares en pago en aranceles, un 40% respecto a las cifras actuales. Asimismo, destacó la oportunidad exportadora de productos sensibles para la economía nacional como la carne y el arroz y, el acceso a zonas francas. Finalmente, el consejero de la Embajada de Argentina, Sergio Kremer, calificó el acuerdo como “histórico y refundacional para Mercosur”. Kremer indicó como efectos positivos para la economía argentina el aumento de las exportaciones de bines y servicios, la igualación de las condiciones de acceso de los competidores de ambos bloques y el acceso preferencial de los productores argentinos a distintos sectores. Además, “se generarán oportunidades de inversión extranjera directa debido a la creación de un marco regulatorio claro que elimina incertidumbres”, concluyó el representante argentino.