<strong>Luis Ayllón</strong> <h4><strong>Nùria Vilanova, presidenta de Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica (Ceapi), entidad que organiza en Madrid el III Congreso Iberoamericano para presidentes de compañías y familias empresarias, subraya que las empresas familiares son más fuertes en América Latina que en España.</strong></h4> En una entrevista con <em>The Diplomat</em>, la también presidenta de la consultora<em> Atrevia</em>, destaca que, en el citado Congreso, que se desarrollará desde el próximo lunes hasta el miércoles, 2 de octubre, se prestará una especial atención a la mujer en las empresas familiares. <strong>¿Cómo ha evolucionado el papel de la mujer en las empresas familiares?</strong> Hasta hace muy poco eran una excepción las que lideraban la gestión en esas compañías. Hoy ya no es así y son ellas las que facilitan la innovación y el cambio para hacer que esas empresas funcionen. Por eso, vamos a dedicar el congreso especialmente a la mujer iberoamericana. Nunca ha habido en España un nivel tan relevante de mujeres iberoamericanas como el que va a haber en este Congreso, con grandes empresarias fundadoras de compañías, como Blanca Treviño, de México o Carmen Abondano de Dávila, del Grupo Daabon, de Colombia, o las directivas de empresas multilatinas, como Astrid Álvarez, de la Compañía de Energía de Bogotá, que está por toda Latinoamérica; las grandísimas fortunas como Bettina Bulgheronni o Mireya Cisneros, que son números uno en sus respectivos países; y la presidenta del American Council o la directora de la CNN para Iberoamérica. Por primera vez este va ser el encuentro para las grandes mujeres de Iberoamérica, Y acabaremos haciendo un homenaje a una mujer por país. <strong>El lema del Congreso es ‘Disrupción e Innovación’. ¿Cómo se va a abordar?</strong> Pensamos que es un error pensar que eso es algo que trata solo de tecnología y digitalización. Creemos que debe haber un cambio profundo en todos los aspectos de las compañías. Por eso hablaremos de innovación y talento, de innovación y transformación de la sociedad, de innovación y responsabilidad social corporativas, de cómo hacer frente a los retos del medio ambiente, de si el empresario puede estar de espaldas a la política, y de qué pueden hacer las grandes compañías para no perderse la parte disruptiva, a través de la creación de ‘starups’ o de otras formas. Y también vamos a dedicar mesas a jóvenes innovadores. <strong>¿Por eso una de las mesas lleva el epígrafes de ‘Next Generation’?</strong> En esa mesa, los ponentes serán hijos de familias empresarias o nuevos emprendedores <strong>¿Está la empresa familiar preparada para la revolución tecnológica que vivimos?</strong> Da igual que esté preparada o sin preparar. La revolución está ahí y no queda más remedio que hacerla frente. En nuestros Congresos siempre huimos de que hablen teóricos. Lo que hacemos es dar la voz a presidentes de las compañías, para que nos cuenten qué es lo que están haciendo para aprovechar y hacer frente a estos retos y oportunidades. <strong>¿Qué puntos fuertes tiene una empresa familiar ante esa revolución?</strong> Fundamentalmente, la flexibilidad. Las empresas familiares y, sobre todo en América, son muchas de ellas, empresas de primera generación todavía; es decir, empresas con dueño, unos dueños muy intuitivos y, a la vez, con un gran olfato y capacidad de tomar decisiones rápidas. En grandes compañías de América y también en España está al frente de ellas, aún la primera generación y si triunfaron fue porque tomaron decisiones contraintuitivas, disruptivas. Aquí estará, por ejemplo, la hija de Luis Carlos Sarmiento, que es el mayor empresario de Colombia, que a los 21 años creó una compañía para tender tejido eléctrico por la selva, algo que no quería hacer ningún empresario, porque había guerrilla, era peligroso y te jugabas la vida. Siempre han sido capaces de hacer cosas que los demás no se atrevían a hacer o no veían esa oportunidad. <strong>¿Y los puntos débiles?</strong> Obviamente la distancia, que generacionalmente están lejos. Por eso es importante que se involucre a las nuevas generaciones, porque estas ven cosas que los mayores no ven, sobre cómo es el mundo, oportunidades de negocio, incorporación de la tecnología de un modo natural… <strong>¿Qué apoyo encuentran las empresas familiares por parte de las Administraciones públicas?</strong> Hay países o comunidades que están mas o menos menos cercanas a esa actividad, que son más o menos sensibles. En España hasta ahora se ha sido sensible, por ejemplo, en el tema del impuesto de sucesión, que permite que las familias empresarias no tengan que vender una parte de la empresa para pagar ese impuesto. Eso ha sido muy importante para ganar tamaño, en un país como España, donde uno de nuestro problemas es que las empresas son pequeñas, en comparación con otros países del mundo. En general, debería prestarse más atención a la empresa familiar, porque tiene una vocación de continuidad y de apuesta en el país. Cuando ha habido una crisis, las empresas que seguían invirtiendo en el país, normalmente eran las empresas familiares. <strong>¿Cuál es la realidad de las empresas familiares en América Latina? ¿Son más fuertes que en España?</strong> Yo diría que sí. Son más fuertes porque aquí la mayoría de las grandes compañías, como Repsol, Telefónica, BBVA, etc, no son empresas familiares. En América Latina, salvo excepciones, las empresas que cotizan en Bolsa, siguen teniendo un grupo de control que es familiar. <strong>¿Pueden verse esas empresas afectadas por el populismo que se vive en esa región?</strong> Por supuesto. Por eso, damos tanta importancia a hablar del contrato social, de la empresa y su entorno, de la responsabilidad socias corporativa, de ser capaces de trasladar a la sociedad no sólo lo que hace la empresa, sino también lo que hace la empresa por la sociedad, porque, de otra manera, en que todo es blanco y negro, las empresas pueden estar bajo el punto de mira en negativo y eso sería fatal para las compañías y también para el país.