VUELVE LA SEGUNDA TEMPORADA DEL NIDO. COMO SI SE TRATARA DE UNA SERIE PARA LA TELEVISIÓN, LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE ORNITOLOGÍA, EN COLABORACIÓN CON EL AYUNTAMIENTO DE ALCALÁ DE HENARES, HA PUESTO EN MARCHA UNA WEBCAM QUE RETRANSMITE EN DIRECTO LA VIDA EN EL NIDO DE LA CIGÜEÑA BLANCA QUE HABITA EL TEJADO DEL CONSISTORIO.
La web www.seo.org/webcamciconia permite contemplar, 24 horas al día, la vida de las cigüeñas que acoge el tejado del Ayuntamiento. Alcalá de Henares considera a la cigüeña como “uno de los vínculos más fuertes entre el patrimonio histórico y el natural”. Con el ánimo de conjugar cuidado y conocimiento, ha puesto en marcha medidas como la sustitución de nidos antiguos por plataformas nuevas y resistentes y la realización de la ruta de las cigüeñas por el núcleo urbano de Alcalá.
El municipio cuenta incluso con una ordenanza que regula la protección y gestión de los nidos: se aligera el peso cuando es preciso, siempre fuera del periodo reproductor; se colocan nidos-cesta artificiales donde es necesario; se recogen los pollos caídos del nido o heridos y se realizan actividades específicas de educación y sensibilización.
La cigüeña blanca es una especie protegida y la protección se extiende también a sus nidos, huevos y pollos.
En el casco urbano de esta ciudad Patrimonio de la Humanidad, no solo habitan cigüeñas, también conviven otras especies protegidas y emblemáticas como el halcón peregrino o el cernícalo primilla, además de un gran número de gorriones, golondrinas, grajillas o los vencejos, que sobrevuelan esta primavera los cielos alcalaínos.
LAS CIGÜEÑAS DEL PARADOR
Hace ya dos años que el Parador de Alcalá da cobijo a una pareja de cigüeñas. Desde el patio se puede escuchar el peculiar crotoreo y observar sus quehaceres rutinarios. Ubicado en el antiguo colegio-convento de Dominicos de Santo Tomás de Aquino, su arquitectura se sintetiza con el patrimonio histórico del centro de Alcalá de Henares.
La presencia de estas majestuosas aves es una constancia en todo el núcleo histórico alcalaíno. De ahí que el ayuntamiento haya señalizado una ruta para aunar el patrimonio natural y cultural de la urbe cervantina.
La calle Colegios –donde se encuentran el Parador y la Hostería del Estudiante– se convierte en el punto de partida de esta ruta turística que sigue los pasos de más de un centenar de parejas de cigüeñas asentadas en los principales monumentos. El trayecto permite divisar múltiples nidos, como los que sustentan la Facultad de Derecho, la iglesia de Santa María, la espadaña de la Capilla de San Ildefonso o los aposentados en joyas arquitectónicas como el convento de las Agustinas, San Ildefonso, el convento de los Caracciolos, la iglesia de Santa Clara, la Torre de la Catedral Magistral y San Felipe Neri.
Para emprender esta ruta y recorrer las empedradas calles del centro de Alcalá, desde la Plaza Cervantes hasta la Plaza de los Santos Niños, se recomienda buen calzado y prismáticos para observar la vida de las cigüeñas alcalaínas.
Una vez concluida, la vuelta se hará reconfortante volviendo al punto de partida. Allí esperan dos restaurantes Especia: el de la Hostería del Estudiante y el del Parador, donde se fusiona la tradición de la cocina castellana con la de autor y vanguardia, sin olvidar las referencias a la cocina cervantina.
LA CIGÜEÑA Y SU ESTAMPA FAMILIAR
Pocas aves resultan tan entrañables como la cigüeña blanca y pocas están tan arraiga-das en las tradiciones como esta enorme zancuda que un día abandonó sus hábitos montaraces para asociarse al hombre en busca de sustento y protección. Es fácil verlas en los nidos anclados en las torres de las iglesias o en las torretas de luz o lugares elevados de lo más inverosímil. Esta especie hubo de soportar durante el pasado siglo una serie de drásticos cambios en los paisajes y los usos rurales que la llevaron a desaparecer en muchas regiones y de los que hoy día —gracias, en parte, a un cambio de hábitos—, se recupera asombrosamente.