The Diplomat in Spain

Carlos Midence

Embajador de Nicaragua

La idea y práctica de paz, libertad, justicia, trabajo, conciliación, prosperidad, desarrollo, en la Nicaragua actual, es herencia de Sandino. Cada una de estas premisas, Augusto C. Sandino, héroe nacional de Nicaragua, llamado por Gabriela Mistral jefe del pequeño ejército loco de voluntad y sacrificio, las puso en marcha dentro del proceso de su lucha como un proyecto de construcción de la Nueva Nicaragua, de una región nuestramericana, indohispana decía él, fuerte, unida, libre e independiente en todos los órdenes: económico, social, político, cultural, otros.

Sandino fue uno de los pioneros en internacionalizar la resistencia. No obstante, podemos decir que, igualmente internacionalizó la paz, el diálogo, el consenso, como instrumento de bienestar y desarrollo para la nación. Decimos esto porque cuando acepta dialogar y firmar la paz en el primer tercio del siglo XX, después de expulsar al ejército de ocupación, para luego ir a trabajar con el pueblo de la Nicaragua profunda, fundando cooperativas, escuelas, promoviendo el trabajo digno, cultivando la tierra, formando asociaciones, mutuales, por ejemplo, se proyectó una idea y una práctica de nación que, según sus ideas, debía marchar hacia adelante, desarrollándose, tecnificándose, organizándose con ecuanimidad.

Esto equivale a decir que la resistencia que plantara al ejército estadounidense, a los políticos depredadores de la época, así como el proyecto de país que fue fraguando a lo largo de sus batallas, ha marcado una ruta de avances, evoluciones sociopolíticas y económicas, que hoy por hoy, han convertido a Nicaragua en uno de los países que, sostenidamente, más crece en la región, desplegando, de forma paralela, políticas públicas inclusivas.

Esto  ha permitido avanzar con solidez en el combate a la pobreza, la desnutrición infantil, y ha conseguido generar significativamente empleos dignos, ampliar los mercados interno y externo, impulsar igualdad de género e inclusión de todos los sujetos.

Sandino proclamaba en sus manifiestos, entrevistas, ensayos, cartas, proclamas, poemas un pensamiento socioeconómico de avanzada, emparentado de forma general, a lo que en nuestros días se establece como economía social-solidaria, economía para el Desarrollo Humano: que vele por los intereses colectivos de los hijos del país, decía. Es así que su proyecto de nación transitaba por una heterogeneidad en la estructura socioeconómica: cultivo del banano -pero con empresas nuestroamericanas, como lo indica en una entrevista brindada en 1934, un poco antes de su asesinato-, cooperativas, educación técnica, fomento del comercio, trabajo duro en la montaña, impulso del Gran Canal Interoceánico, como lo expresa al periodista vasco, Ramón de Belaustiguigoitia y al nicaragüense José Román.

Esas mismas proposiciones, ideadas en la montañas nicaragüenses, surgidas de un artesano, como se denominaba él, las cuales, debido a espacio no podemos ampliarlas, están en uso de manera consistente en el proyecto de nación nicaragüense actual: manejo efectivo de la paz y la estabilidad social y política, desarrollo permanente con inclusión social, instituciones sólidas que traen a primer plano la consideración de los factores socioculturales y cuya prioridad es el Humano. Un proyecto de nación global, que promueve espacios y garantiza el fomento de la creatividad y las capacidades individuales y colectivas de todos los segmentos.

21/02/2017. © Todos los derechos reservados