The Diplomat. 12/12/2016
Los diplomáticos están de retirada en el Ministerio de Defensa. La nueva ministra, María Dolores de Cospedal, ha roto la costumbre de colocar a un diplomático en la cúpula del Ministerio, concretamente en la Secretaría General de Política de Defensa (Segenpol).
Este órgano se encarga de la coordinación de la política de Defensa y el despacho con los jefe de Estado Mayor de los tres Ejércitos, así como del despliegue de las misiones españolas en el exterior y de las relaciones con la Alianza Atlántica.
La salida en septiembre de Alejandro Alvargonzález con destino a Bruselas para ocupar un el puesto de número tres de la OTAN provocó que las funciones del Segenpol las asumiese su segundo, el director general de Política de Defensa (Digenpol), el almirante Juan Francisco Martínez.
Cospedal ascendió a Martínez a Segenpol en el Consejo de Ministros del pasado 18 de noviembre y no tiene intención de elegir a un diplomático para el puesto de Digenpol, según fuentes militares consultadas por The Diplomat.
Federico Trillo fue el primer ministro de Defensa en colocar a un diplomático al frente de Segenpol. El elegido fue Francisco Javier Jiménez Ugarte, en la actualidad embajador español en Suecia. El socialista José Bono volvió a decantarse por un militar para este puesto –el almirante Francisco José Torrente-. Sin embargo, José Antonio Alonso prefirió de nuevo a un diplomático para el puesto de número tres del Ministerio de Defensa.
Fue Luis Cuesta, actual embajador en Tanzania, y cuyo nombramiento en 2007 causó cierto revuelo ya que sólo llevaba un año y medio como asesor de asuntos internacionales en Defensa. Pese a ello, Carme Chacón le mantuvo en su puesto y estuvo como Segenpol hasta finales de 2011.
El sucesor de Chacón, el popular Pedro Morenés, se decantó también por un diplomático para ese puesto estratégico en Defensa. Fue el citado Alvargonzález, que previamente había desempeñado el cargo de embajador en Bosnia, donde conoció de primera mano el despliegue español en el país balcánico.