El embajador francés, durante su intervención./ Foto: Executive Fórum
The Diplomat. 16/11/2016
El embajador de Francia en España, Yves Saint-Geours, instó ayer a los mandatarios europeos a aprovechar sus próximos encuentros para pasar “de los principios a los hechos” con el objetivo de hacer frente a los movimientos euroescépticos y otras amenazas que se ciernen sobre Europa.
En un desayuno de Executive Fórum, organizado por Abertis y Voz Populi, Saint-Geours indicó que acontecimientos como el triunfo de los partidarios del ‘Brexit’ y la victoria electoral de Donald Trump en Estados Unidos deben ser aprovechadas para “reformular” el proyecto común europeo.
No quiso, sin embargo pronunciarse sobre si el triunfo de Trump alimentará las tesis de los partidos de extrema derecha en Europa, que podrían lograr buenos resultados en las próximas citas electorales en Austria, Holanda, Alemania, e incluso Francia, con Marine Le Pen, aunque reconoció que “los candidatos rupturistas se animan con la victoria del otro”.
El embajador señaló, en cualquier caso que, obviamente, el eje franco-alemán debe ser la punta de lanza para afrontar el futuro de la Unión Europea en la nueva situación, pero agregó que Francia concede una gran importancia al relación estratégica con España.
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El embajador galo recuerda a los secesionistas catalanes que la Cataluña Norte no quiere dejar de ser francesa
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Por otra parte, Saint-Geours recordó a los secesionistas catalanes que los habitantes de la Cataluña Norte, como los de otras regiones, se sienten franceses, más allá de las «particularidades culturales» y «lingüísticas» que pueda haber en cada una de ellas.
El embajador hizo esta afirmación al responder a una pregunta sobre la declaración del Parlamento de Cataluña que defendía el derecho de autodeterminación de los Países Catalanes, incluyendo el territorio francés del Rosellón, conocido también como la Cataluña del Norte y que fue parte de España hasta el siglo XVII. El Gobierno de François Hollande presentó una queja formal en la Embajada española en París en la que lamentaba que el Parlament emitiese «resoluciones que atentan» contra la soberanía de Francia.