Los mayores bancos nacionales no descartan entrar en procesos de fusiones.
Miguel Cifuentes. 02/11/2016
Los bancos españoles creen que han tocado suelo en el ciclo de crisis y a partir de ahora remontarán el vuelo, aunque necesitan seguir despidiendo empleados y haciendo ajustes de costes. Las cuentas de los seis grandes bancos españoles en los nueve primeros meses del año revelan que han tocado fondo, pero les queda algún año más para normalizar los resultados y beneficios.
En ese escenario, Santander, BBVA, Caixabank, Bankia, Sabadell y Popular, los mayores bancos nacionales por este orden, no descartan entrar en procesos de fusiones a medio plazo (en dos o tres años) para mejorar eficiencia. Las fusiones viene obligadas para ganar tamaño y conseguir cuota de mercado con menores costes. En estas circunstancias, el concepto o ratio de eficiencia es fundamental ya que mide que porcentaje de gasto es el necesario para obtener beneficios.
Precisamente, es el ratio de eficiencia lo que les obliga a seguir recortando costes (cerrando oficinas y despidiendo personal) ya que los márgenes financieros son muy pobres en el actual mercado de tipos de interés bajos o negativos. Un ratio de eficiencia del 30% sería excelente en este momento y ningún banco español en la actualidad lo consigue. El Banco Popular, tradicional líder en este ranking a nivel español y mundial, hace varios años que no baja del 45%, y ha sufrido en la crisis un gran deterioro de la calidad de su balance.
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Nadie descarta fusiones a medio plazo para seguir reduciendo costes
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El negocio bancario no es boyante, ya que los tipos de interés han vuelto a bajar en el tercer trimestre del año y el crédito no crece al ritmo suficiente. De hecho, las grandes empresas acuden a los mercados a financiarse haciendo emisiones de deuda en lugar de pedir préstamos a la banca y las administraciones públicas casi no piden crédito y están en un proceso de desendeudamiento.
Es verdad que los balances se han saneado y los bancos se han librado en gran parte del ladrillo tóxico y los créditos inmobiliarios fallidos, pero todavía arrastran bienes inmobiliarios embargados en cuantía significativa. No consiguen vender si no es a precios muy baratos o a pérdida. El consejero delegado de BBVA, Carlos Torres, subraya “que el proceso de venta de nuestro activo inmobiliario es más lento de lo que querríamos, pero tampoco estamos dispuestos a vender con pérdidas”.
Las entidades mejoran también sus cuentas porque se han librado en gran parte del peso muerto de las provisiones a que les obligaba el Banco de España para responder del ladrillo tóxico, una vez que se han desecho de él de manera significativa.
Los banqueros están convencido de que “se ha tocado suelo y ahora tocar rebotar” tal como dicen los directivos de Bankia o Sabadell. También se ha superado la batalla de las ofertas de préstamos y a corto plazo no va a volver. El Banco Popular, que está en una segunda ronda de restructuración de su negocio, espera que en los dos próximos años todo vuelva a la normalidad, confía en tener beneficios razonables y pagar un dividendo muy satisfactorio.
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Habrá 12.000 despidos de empleados a medio plazo
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En cualquier caso, el cierre de oficinas y el despido de empleados en inexorable este año y los dos siguientes, tal como señalan los analistas del Instituto de Estudios Bursátiles. Entre 4.000 y 5.000 sucursales bancarias se cerrarán a corto plazo y saldrán de las plantillas no menos de 12.000 empleados en la gran banca. Ese proceso es paralelo a una progresiva digitalización de los bancos, en alguno de los cuales como el BBVA, un 30% de sus clientes operan a través de móvil u otros dispositivos electrónicos (tabletas, PC) en sus transacciones más corrientes.
La Bolsa sigue penalizando a todos los bancos, que han perdido en su cotización una media del 30% del valor de sus acciones en lo que llevamos del 2016, aunque se espera una recuperación de los valores de aquí a fin de año.
En cuanto a las fusiones bancarias, la formación de un nuevo Gobierno del PP, puede ayudar a dinamizar el proceso pero no se esperan movimientos a corto plazo. EL BBVA ya ha advertido que el Gobierno no debe intervenir ya que “se trata de entidades privadas”, en clara alusión al intento del Gobierno de fusionar Bankia y Banco Mare Nostrum, los dos bancos nacionalizados en los que el Estado tiene más del 60% del capital.