Enyko Gyori se dirige a los periodistas./Foto: TD
Eduardo González. 01/10/2016
Hungría se pronunciará mañana en referéndum sobre el reparto de refugiados en la Unión Europea, una consulta con la que el país centroeuropeo se une a la oleada de iniciativas que, desde el Brexit, han empezado a cuestionar aspectos tan importantes para Europa como el cumplimiento de los tratados, el reparto de soberanía entre los Estados y Bruselas y la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión.
La pregunta que deberán responder mañana los húngaros es tan enrevesada como contundente: “¿Quiere Vd. que la Unión Europea pueda estipular la instalación obligatoria en Hungría de ciudadanos no húngaros sin la aprobación de la Asamblea Nacional?”. El Gobierno conservador nacionalista de Viktor Orban ha pedido que se vote «no”, y las encuestas hacen prever un fuerte apoyo a su postura. La oposición izquierdista ha pedido la abstención y los ultraderechistas de Jobbik apoyan el «no».
“De ninguna manera se plantea una salida de Hungría de la UE, y la pregunta no tiene nada que ver con que estemos dentro o fuera de la Unión Europea, es una simple cuestión de competencias”, declaró ayer la embajadora de Hungría en España, Enyko Gyori, durante un desayuno informativo en la sede de la Embajada en Madrid. El objetivo del referéndum, aseguró, es determinar “quién tiene competencia sobre este asunto de la migración, si Bruselas o los Parlamentos nacionales”.
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Asegura que el referéndum no plantea una salida de la Unión y que es “una simple cuestión de competencias”
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“Hungría es un país de Europa Central que, a causa de su historia, tiene trece etnias registradas, y no nos parece un futuro atractivo cambiar la composición étnica de nuestro país”, manifestó. “Si otros países de la UE quieren más gente de fuera, nosotros no tenemos problemas, pero que no nos impongan cuál debe ser nuestra composición étnica, esa decisión debe ser nuestra”, proclamó.
La consulta, precisó Gyori, será válida si vota al menos de la mitad de la población, será concluyente si la mitad de los votantes están de acuerdo con una postura y será vinculante “si es válida y es concluyente». Legalmente, el referéndum no tiene capacidad para anular las decisiones de la UE, pero “puede incrementar la legitimidad de nuestras gestiones ante las instituciones europeas”, admitió.