La propuesta de The Doves en el Gibraltar Chronicle./Foto: http://chronicle.gi/
The Diplomat. 15/05/2016
Un grupo de presión gibraltareño denominado The Doves (Los Palomos) mantuvo acercamientos en 1968 con el Gobierno español con vistas a lograr un acercamiento que incluyera ciertas fórmulas de cosoberanía. La revelación de estos encuentros causó fuertes disturbios en la colonia.
La información ha sido revelada por el diario Gibraltar Chronicle, después de obtener la desclasificación de una serie de documentos secretos de la Policía británica que revelan que la antigua Commonwealth Office (nombre del actual Ministerio de Exteriores, el Foreign Office) era conocedora de las actividades de The Doves.
Después de recibir informes detallados de la Policía Secreta sobre los contactos entre este colectivo y el Ministerio español de Exteriores en enero de 1968, el entonces jefe del Departamento de Gibraltar y Atlántico Sur, John Bennett, escribió: “Mi opinión particular es que nada se ha perdido, y podría ser mucho lo ganado, haciendo más positivo este proceso”. No obstante, añadió, “hubiera preferido que se hiciera de forma abierta en lugar de mediante una reprensible actividad encubierta”.
The Doves, un grupo de empresarios y abogados gibraltareños, publicó el 1 de abril de ese año una carta en el Gibraltar Chronicle en la que pedía un acuerdo con España. Entre los firmantes figuraban Joseph Coll, Charles Cruz, Albert Falquero, A.C. Ocana, J.E. Triay y J.J. Triay. Ese mismo mes, una segunda carta presentaba propuestas concretas “aceptables para España”, como el izado simbólico de la bandera española junto a la británica en el Peñón.
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Un lobby gibraltareño propuso un arreglo poco después del rechazo en referéndum de la devolución a España
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No obstante, la revelación de que este grupo había mantenido encuentros privados con el Gobierno español causó una fuerte indignación en Gibraltar y provocó, el 6 de abril, uno los peores disturbios civiles jamás registrados en la colonia.
Se da la circunstancia de que estos encuentros se produjeron apenas unos meses después de que los gibraltareños rechazaran mediante referéndum (celebrado el 10 de septiembre de 1967) un plan presentado por el entonces ministro de Exteriores del régimen franquista, Fernando Castiella, que planteaba la cancelación del Tratado de Utrecht y la devolución de la soberanía a España, a cambio de que Reino Unido pudiera mantener una base militar y se garantizasen los derechos de los ciudadanos de Gibraltar.