Pablo Cañete Blanco
Periodista Investigador freelance
A pesar de que la base ideológica suele ser bastante rudimentaria, el yihadismo adopta una gran cantidad de formas según el lugar del mundo donde se ubique: Son fundamentales cuestiones como la presencia o no de sectarismo (chií/suní), el porcentaje de población musulmana (mayoritario/minoritario), el grado de polarización social (clima de opinión, partidos políticos xenófobos, etc.) o la eficacia de las políticas de integración (especialmente en el caso de países occidentales).
Los medios de comunicación son un medio de socialización e información y, por tanto, su responsabilidad con los sucesos sociales tales como el yihadismo es enorme. Es así porque, si bien no podemos exagerar su implicación en el propio fenómeno terrorista, sí debemos prestar atención a los fenómenos de polarización social fruto de la información incorrecta y sesgada, por una parte y a la capacidad de resiliencia de las sociedades en las que tienen lugar las atrocidades del yihadismo.
La exigencia ciudadana, la autoregulación y un continuo proceso de reciclaje mejorarán la formación e información que los periodistas transmiten a la ciudadanía. Al mismo tiempo, evitará que se creen alarmas sociales innecesarias y que se confundan islam, islamismo y yihadismo o radicalidad, extremismo y terrorismo. La cuestión institucional es de suma importancia porque es el mecanismo de articulación social por el cual la minoría musulmana será capaz de comunicarse con las élites políticas.
La posibilidad de generar este diálogo permitirá generar un sentimiento de inclusión e integración. La normalidad institucional también resulta determinante de cara a una posterior normalización social. En el caso español resulta extraordinariamente necesaria la presencia de un interlocutor, ya que la propia comunidad musulmana se encuentra enfrentada: La Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas (FEERI) y la Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE) se disputan la representación institucional del islam en nuestro país y han bloqueado la posibilidad de representación real desde hace años115,116,117y118 hasta el punto de que el Gobierno de España se ha propuesto intervenir para solucionarlo119 .
Encontrar una solución en la que quepan las dos entidades será fundamental para evitar la marginalización. Articular salidas democráticas e inclusivas llevará a multitud de confrontaciones políticas en un primer momento, pero con el tiempo abrirá una puerta a la resolución amistosa de los conflictos. Igualmente, la integración y normalización de “lo musulmán” en nuestras sociedades supondrá un continuo de enfrentamientos, pero con el tiempo podremos ser capaces de generar una identidad española/europea en la que quepa el islam.