El ministro instó a reforzar las relaciones comerciales entre España y China./ Foto: Ivan Walsh
The Diplomat. Madrid
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, afirmó el jueves en Madrid que la presencia española en el continente asiático está por debajo del nivel que le gustaría que tuviera y destacó el «potencial económico» que ofrece para España el proyecto de la Ruta de la Seda.
En su intervención durante la clausura de la segunda edición de Silk Road Forum, que se celebró esta semana en Madrid, y ante decenas de empresarios e inversores españoles y asiáticos, el titular de la cartera de Exteriores defendió la posición «estratégica y privilegiada» de España, que sirve de «plataforma de entrada» a China hacia el resto de la Unión Europea, América Latina y el norte de África, y defendió las relaciones precisamente con el gigante asiático para poder explotar en el continente la fortaleza económica nacional, cimentada en «bases saneadas».
«No hemos sabido aprovechar el potencial de Asia», aseguró el jefe de la diplomacia española, antes de afirmar que España está «menos presente» en el continente asiático del nivel que le gustaría haber alcanzado. En este sentido, Margallo indicó que la Ruta de la Seda es un proyecto que va en buena dirección y que sirve para «intensificar los lazos económicos y culturales» con los países de la zona y, en especial, con China.
[hr style=»single»]
El ministro considera que España no ha sabido aprovechar el potencial de Asia
[hr style=»single»]
Así, García-Margallo pidió a empresarios chinos observar la fortaleza de la economía y las empresas españolas, mientras instó a la parte española a hacer lo propio en Asia, aprovechando para valorar positivamente el tratado de libre comercio entre la UE y Estados Unidos, acuerdo que, según el ministro, podría beneficiar a otras economías vinculadas a España y a la Ruta de la Seda.
Por su parte, el portavoz popular de Asuntos Exteriores en el Senado, José María Chiquillo, que también intervino en el Silk Road Forum de este año indicó que España debe ser un «actor principal» en el diseño de la Ruta de la Seda, por su posición estratégica como «puente» hacia América Latina.