El ministro de Asuntos Exteriores, García-Margallo./ Foto: GP/La Razón.
The Diplomat. Madrid
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, afirmo ayer en Naciones Unidas que a medio plazo es necesario erradicar del flujo de combatientes extranjeros hacia el Daesh, ya que suponen un tercio de las fuerzas del grupo terrorista y proceden de casi un centenar de países.
García-Margallo, que participó en la Cumbre de Líderes, presidida por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en el marco de la ONU, sobre la “Lucha contra Daesh y el extremismo violento”, recordó que la reunión del Comité contra el Terrorismo del Consejo de Seguridad, celebrada en julio en Madrid, aprobó una serie de principios-guia para afrontar el problema de los combatientes esxtranjeros.
El ministro señaló también que dentro de los objetivos a medio plazo es preciso impulsar los trabajos del Grupo de Acción Financiera contra el Blanqueo de Capitales (GAFI) para cortar las vías de financiación del autoproclamado Estado Islámico. Indicó que, de esta forma, se evitarían los comercios ilegales de petróleo, patrimonio cultural y objetos arqueológicos.
Asimismo, abogó por una mayor concertación a nivel regional, contando con los actores relevantes de la zona; y por tener en cuenta las complejidades y distintas sensibilidades del mundo musulmán para evitar la división sectaria entre musulmanes sunníes y chiíes.
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El ministro de Exteriores participó en la cumbre de líderes contra el terrorismo presidida por Obama
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El ministro, que insistió en que la coalición internacional sigue siendo el instrumento más útil para recuperar los territorios bajo control de los terroristas y garantizar los servicios básicos a la población, manifestó que, junto a los objetivos a medio plazo, son necesarios otros a largo plazo.
En este sentido, se refirió a la necesidad de prevenir la incitación al odio y generar contra-narrativas que deslegitimen el discurso terrorista, mediante una acción coherente y multidisciplinar, en la que se promueva el mensaje de un Islam moderado y pacífico, que es el que se corresponde a su esencia real.