The Diplomat. Madrid
La institución sin ánimo de lucro en materia de Derechos Humanos que más se ha beneficiado de los presupuestos para 2016 ha sido, curiosamente, la Comisión Internacional contra la Pena de Muerte (CIPM), que dirige Federico Mayor Zaragoza y entre cuyos miembros de honor está el expresidente de Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero.
La CIPM recibirá el próximo año una subvención nominativa del Ejecutivo español de 100.000 euros, lo que supone un incremento del 42% respecto a la aportación de 2015. La causa de dicho aumento se debe a que este organismo ha cambiado su sede de Ginebra a Madrid.
El trabajo de la CIPM es apoyado y financiado por un grupo geográficamente diversos de 18 países comprometidos contra esta práctica: Argelia, Argentina, Bélgica, República Dominicana, Francia, Italia, Kazajstán, México, Mongolia, Noruega, Filipinas, Portugal, Sudáfrica, España, Suiza, Togo, Turquía y Reino Unido.
Recientemente, la CIPM se vio envuelta en una polémica en torno al trabajo de Zapatero en la misma, ya que el expresidente se ha desplazado en los últimos años a países como Guinea Ecuatorial o Cuba en calidad de «presidente de honor» de este organismo, algo que no es así.