Ivanov, ayer, en Casa Amércia./ Foto: Casa América.
The Diplomat. Madrid
El que fuera ministro de Asuntos Exteriores de la Federación Rusa Igor Ivanov, señaló ayer en Madrid que en la gestión de la crisis de Ucrania ha habido “un fracaso de todos: de Rusia y Europa”, porque se ha generado “una nueva muralla de Berlín”, en lugar de un puente.
Ivanov, que también fue embajador en España, participó, junto al ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, en un coloquio, en Casa América, organizado por el Foro de la Reed de Casas en colaboración con la agencia Efe. Ambos coincidieron en que para resolver la situación en Ucrania es necesario fomentar el diálogo entre las principales potencias, es decir Estados Unidos, la UE y Rusia.
García-Margallo abogó por buscar “la compatibilidad» entre la Unión Económica Euroasiática y la asociación con la Unión Europea, algo que calificó de «perfectamente posible». En este sentido, señaló que si Ucrania puede pertenecer a los dos bloques, seria «el primer paso» hacia una «zona de libre comercio entre la Unión Europea y Rusia». Según el ministro, hay que romper el principio de que Rusia está segura cuanto más lejos tenga a sus potenciales adversarios», sustituyendo la mentalidad de «eliminar a los adversarios» para convertirlos en «socios».
Por su parte, Ivanov, que también fue asesor del presidente ruso, Vladimir Putin, señaló que el pacto alcanzado sobre Irán puede servir en el caso de Ucrania como un precedente de acercamiento.
Coincide con Margallo en la necesidad de resolver el problema a través del diálogo
Sobre esta cuestión, manifestó que no se puede aislar a Irán ya que «son ochenta millones de habitantes, un país pujante, con recursos e influencia regional”. “Si les aislas buscarán ejercer su influencia a través de Hizbulá» u otros grupos radicales, agregó.
En cuanto al conflicto sirio, Ivanov criticó hoy la política de Estados Unidos con respecto al presidente sirio, Bachar el Asad, y agregó que ir contra él y derrocarlo puede llevar a ese país a la situación de Libia e Irak tras la caída de Gadafi y Sadam Husein.
«¿Cuál es el objetivo?. No queremos salvar a Asad, sino el país y la estabilidad, porque sin Siria no se puede construir la seguridad en la región», dijo Ivanov.