The Diplomat in Spain

Foto: A.R.

Jon Allen / Embajador de Canadá

Inversiones en Latinoamérica, un interés creciente por la apertura de Cuba y un concepto multilateral de las relaciones internacionales. Son algunos asuntos en los que coinciden Canadá y España, ligados también ahora por el CETA, un acuerdo económico que supone grandes beneficios mutuos, según el embajador de Canadá en España, Jon Allen, y que se espera que entre en vigor, como tarde, en 2017.

¿Tan bueno es el CETA?

Es el acuerdo más completo que hemos firmado nunca. Desde el primer día eliminará el 99% de las barreras comerciales con la UE. Lo más atractivo para España es que da acceso a nuestras respectivas empresas a contratos públicos en ciudades, provincias o en el estado en igualdad de condiciones. Y da acceso a áreas como la energía, que es una gran novedad.

También es interesante respecto a la movilidad laboral. Si una empresa española se establece en Canadá, o viceversa, su personal podrá viajar sin problemas entre ambos países, no tendrán que obtener un visado especial.

Además, al acuerdo se han incorporado 27 productos -vinos, aceites, jamón, etc- que se venderán en Canadá con etiqueta española. Es un gran bonus.

Entonces, ¿por qué cree que provoca tanta oposición?

Todo el mundo en Europa está obsesionado con el TTIP, que no es ni de lejos tan completo como éste. Europa nunca tendrá acceso a contratos públicos en EEUU debido a las leyes norteamericanas. Tendrán que utilizar compañías americanas para acceder a ellos.

Ciertamente, ha habido alguna resistencia en Europa pero no en España, que ha sido uno de sus principales impulsores. Y no sólo como Gobierno: PP y PSOE lo han apoyado.

¿Los intercambios comerciales España-Canadá son satisfactorios?

Ambos países pueden mejorar mucho su comercio. Y el CETA puede ayudar a España a mejorar sus exportaciones agrícolas y sus inversiones en Canadá, un país con un entorno mucho más “europeo” que EEUU. Las empresas pueden establecerse allí y exportar a EEUU y a México, aprovechando el NAFTA.

¿El acuerdo EEUU-Cuba beneficia a Canadá?

Nuestra relación con Cuba ha sido complicada debido a nuestro vínculo con Estados Unidos, pero en general nos ha ido bien en la minería o el turismo. Hemos tenido tensiones, como cuando acusaron de corrupción y encarcelaron a un empresario canadiense. Fue una mala señal que Cuba envió al exterior y dejó ver que todavía les falta camino por recorrer en asuntos como seguridad de las inversiones.

No obstante, somos el segundo mayor inversor en Cuba, después de España, y su mayor proveedor de turistas a la isla.

¿Tendrá el NAFTA algún efecto en la nueva situación de la isla?

No veo un “factor NAFTA”. Podría haberlo si en algún momento los cubanos comenzaran a comerciar o establecieran empresas en México, por ejemplo. Pero todo el mundo piensa ahora al revés: en “invadir” Cuba.

¿Ocurrirá esa “invasión”?

Creo que sí. Es un caso diferente de Vietnam, que tiene un acuerdo de libre comercio con EEUU, a pesar de su sistema de política comunista y economía liberal. Veremos qué pasa cuando desaparezcan los Castro, pero no veo a Cuba moviéndose tan rápido. Hasta que entren en una sociedad de consumo completa pasarán años.

¿España y Canadá son socios o competidores en América Latina?

En Latinoamérica estamos deseando trabajar con España, que tiene algunas de las compañías de infraestructuras con mayores inversiones en el mundo, mientras nosotros somos los mayores inversores en la minería.

Ambos somos observadores en la Alianza del Pacífico que puede servir como una verdadera base de cooperación mutua. También a través de la OEA, donde España es observadora.

Y no se trata sólo de inversiones. Debemos explorar cómo trabajar juntos en asuntos como buena gobernanza, seguridad, derechos humanos o ciberjusticia.

¿Cómo ve el caso de Venezuela?

Cómo se gobierne Venezuela es cosa de ellos. Pero desde Canadá no creo que vayamos a ver inversiones de cierto volumen, y creo que puede pasar lo mismo con muchas empresas españolas.

SUS FAVORITOS

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«De los más recientes, San Sebastián, en verano».

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«»Middlesex», de Jeffrey Eugenides».

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[box style=»0″]UN PLATO

«La pizza Gran Vancouver, en especial la de jamón, arúgula y queso».

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