La distribución de cuotas se ha hecho en función de factores como el PIB o la población.
The Diplomat. Madrid
España deberá acoger entre 2015 y 2016 a un total de 1.549 refugiados de terceros países, de un total de 20.000 que serán distribuidos entre los Estados miembros de la Unión Europea, según en el mecanismo propuesto ayer por la Comisión Europa dentro de su nueva Agenda Europea para la Inmigración.
Las autoridades españolas se muestran dispuestas a colaborar, pero el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, recordó que España “soporta ya un peso proporcionalmente mayor al de otros países”.
La distribución de cuotas se ha hecho en función de factores como el PIB, la población o la tasa de desempleo de los Estados miembros de acogida. De esta manera, a España le corresponde hacerse cargo de un 7,75 por ciento, pero otros cuatro países asumirán a más refugiados. Concretamente, Alemania, a 3068; Francia, a 2.375; Reino Unido, a 2.039; e Italia a 1.989. No obstante Reino Unido ya ha anunciado que no asumirá esas cuotas, en función de que puede no participar en asuntos de Justicia e Interior.
Además, a España le tocará acoger al 9,1% de los demandantes de asilo que ya están en territorio comunitario y deban reubicarse para aliviar a los países que se encuentran más afectados por la presión migratoria en el Mediterráneo, que son Italia, Grecia o Malta. Hasta ahora, Alemania y Suecia son los países que más demandantes de asilo han acogido. Sólo en 2014 asumieron un 26 % y un 18 %, respectivamente, de los 185.000 casos en los que la UE aceptó dar algún tipo de protección.
[hr style=»single»]
Margallo recuerda que nuestro país ya soporta más peso que otros de la UE en inmigración
[hr style=»single»]
El Ejecutivo comunitario proporcionará una financiación adicional de 50 millones de euros para estos dos años destinados a ayudar a los Estados miembros a acoger a los demandantes de asilo o refugio.
Desde Valencia, García-Margallo, respondiendo a preguntas de los periodistas sobre la iniciativa, dijo que España no rechaza colaborar en la puesta en marcha del plan, pero que no se puede olvidar que “somos la frontera sur de la Unión y eso nos ha llevado a emplear muchos recursos, muchos esfuerzos, y hay que tenerlo en cuenta cuando se nos pide un esfuerzo adicional”.