El cardenal Parolin mantiene un diálogo «abierto» con Francia.
Darío Menor. Ciudad del Vaticano
El Vaticano y Francia estarían cerca de llegar a un acuerdo para que el diplomático Laurent Stefanini se convierta en el nuevo embajador galo ante la Santa Sede.
El Gobierno del socialista François Hollande lo eligió el pasado mes de enero para este cargo, pero su homosexualidad habría provocado que no consiguiera aún el plácet.
El cardenal italiano Pietro Parolin, secretario de Estado, comentó el pasado martes que “el diálogo” con París sobre este asunto estaba “abierto” y que tenía esperanzas de que “se pueda concluir de manera positiva”. La «mano derecha» del papa Francisco confirmaba así los rumores que circulaban en las últimas semanas sobre una próxima solución a esta crisis diplomática. En esta misma comparecencia, Parolin consideró el matrimonio gay “una derrota para la humanidad”.
Los medios franceses airearon la homosexualidad de Stefanini asegurando que este era el motivo por el que el Vaticano aún no había aceptado su designación como máximo responsable de la legación diplomática gala. Para conceder el plácet a los embajadores de los países con los que mantiene relaciones diplomáticas, la Santa Sede pide que no vivan en una situación familiar considerada “irregular” por la Iglesia católica, como ocurre con los divorciados vueltos a casar o los gais que piden el matrimonio homosexual.
Stefanini está soltero y nunca ha hecho gala de su orientación sexual. Católico practicante, conoce bien la idiosincrasia vaticana, pues fue “número dos” de la embajada francesa ante la Santa Sede de 2001 a 2005. Dejó un buen recuerdo en el Vaticano, donde se le considera una persona “buena” y “muy bien preparada”.
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«La diplomacia francesa ha hecho el ridículo con este caso», dice una fuente vaticana
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Un eclesiástico que pidió mantenerse en el anonimato explicó a The Diplomat que la negativa inicial al nombramiento de Stefanini no se debió a su homosexualidad, sino al uso que el Gobierno de Hollande hizo de la misma. “Lo que un país no puede hacer es intentar forzarle la mano al Papa filtrando a la prensa que su embajador ante la Santa Sede es homosexual”. La misma fuente consideró a Stefanini “una víctima” de las supuestas tensiones internas existentes tanto en el Gabinete de Hollande como en la propia comunidad católica gala.
“Ha sido una vergüenza. La diplomacia francesa ha hecho el ridículo con este caso y veremos cómo acaba solucionándose”, aseguró otra fuente de la Santa Sede. “Llevamos meses sin embajador por este pulso que Hollande intentó echarle al Papa. Si al final se acepta a Stefanini, quedará marcado por lo sucedido”.
Según los medios franceses, el diplomático mantuvo el pasado 17 de abril una audiencia privada con Francisco en la Domus Santa Marta, la residencia vaticana donde vive.