Hasta el próximo 3 de mayo, la Fundación Mapfre (Paseo de Recoletos, 23, Madrid) reúne una selección de las grandes obras de los pintores considerados académicos en los salones parisinos del siglo XIX, El Canto del cisne.
Tradicionalmente, la historia parece haberles concedido sólo el papel de contrapunto necesario para la reacción del impresionismo y del resto de tendencias que parecen conducir directamente a las vanguardias y el arte del siglo XX. Sin embargo, este tipo de pintura, espléndida y refinada, marca una de las páginas más brillantes de la Historia del arte como última heredera de la tradición de la gran pintura.