Diego «El Cigala»./ Foto: Cortesía de www.elcigala.com
Salvador Martínez. Berlín.
En la historia del flamenco, no son muchos los artistas que se han visto en la privilegiada posición de representar esta música más allá de las fronteras españolas. Diego “El Cigala” se encuentra en ese selecto grupo de «embajadores».
A pesar de tener ya varios premios Grammy y de que no para de hacer conciertos, Diego Ramón Jiménez Salazar, rechaza verse como un “referente”. “No sé si seré referente, intento poner mi grano de arena, bien o mal, pero eso que lo juzgue el público”, dice a TheDiplomatinSpain “El Cigala”, que no tarda en reconocer: “sí que tengo una responsabilidad a la hora de hacer continuar el flamenco”.
Tanto es así que la música flamenca ha visto en los últimos años perder grandes figuras: Enrique Morente (1942-2010), Moraíto Chico (1956-2011), Juan Moneo (1952-2013) y, por supuesto, Paco de Lucía (1947-2014). “Se han ido los mejores y a veces me digo ¿ahora qué hago?”, se interroga el cantaor.
A corto plazo, lo que este madrileño de 46 años tiene que llevar a buen puerto es una larga gira que le hará visitar una docena de países a ambos lados del Atlántico. Precisamente al otro lado del “charco”, “El Cigala” ha encontrado una fórmula muy particular para popularizar el flamenco, mezclándolo con otras tradiciones musicales. De ello da cuenta su disco Lágrimas Negras, del que se han vendido más de un millón de copias, o el directo dedicado a la música argentina Cigala&Tango.
“El flamenco es universal, pero es difícil de entender para algunos públicos, por ejemplo, en Latinoamérica”, explica. “Allí se entiende más si el flamenco lo das más mascao, con un contrabajo, un piano y percusiones”, añade.
En mayo, “El Cigala” actuará en Puerto Rico, Estados Unidos, Canadá, Costa Rica y Marruecos. En sus planes también entran México, Suecia, Francia y Luxemburgo. En estos conciertos, como ya hizo en marzo en la Berliner Philarmonie, donde reside la Orquesta Filarmónica de Berlín, “El Cigala” presenta un espectáculo que no deja de ser flamenco pese a los aires latinos de su música.
“Hay muchos que te dicen ¿tío qué te pasa? ¡tanto bolero!”, reconoce el cantaor, aludiendo a ese diálogo entre música flamenca y latina al que tanto han contribuido sus éxitos. Ese intercambio, que le ha convertido en una suerte de embajador español del flamenco, no ha terminado para él. “Voy a hacer un homenaje a los grandes de la salsa, no haciendo de cantante salsero, será cómo ‘El Cigala’ ve la salsa” y “algún día haré un disco de música clásica con una orquesta sinfónica”, concluye.