The Diplomat. Madrid
El segundo libro de memorias del ex ministro de Defensa y ex presidente del Congreso, José Bono, incluye una serie de confidencias que le hizo el diplomático Jorge Dezcallar sobre los atentados terroristas del 11-M. Este último era en aquel momento el director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y tras el cambio de gobierno fue destinado como embajador ante la Santa Sede y en Estados Unidos.
Bono relata que el 28 de marzo de 2014, cuando todavía estaba el Gobierno de José María Aznar en funciones, tuvo un encuentro con Dezcallar en Toledo. El jefe de los servicios secretos asumió en la cita el error de haber dicho en las primeras horas del 11-M que la autoría correspondía a ETA. «Nuestro error fue muy útil para el Gobierno que no quería creer otra cosa», le indica a Bono. La sorpresa de Dezcallar vino después ya que asegura que el CNI fue «marginado» en la investigación y en la toma de decisiones del gabinete de crisis que constituyó Aznar ese 11-M.
«Asumo mi error de las diez de la mañana del día 11, pero no puedo asumir la intención partidista con la que el Gobierno Aznar alargó ese informe desde el día 11 hasta la jornada electoral, el domingo 14, por intereses que nada tenían que ver con el Estado», explica Dezcallar.
Unos meses más tarde, el 5 de septiembre, ambos se vuelven a encontrar en Ancona (Italia) con motivo de una beatificación. El ya embajador ante la Santa Sede vuelve a hablar del 11-M para subrayar que el Gobierno de Aznar «alargó» la tesis de la autoría de ETA «por intereses partidistas sin dejarme participar en la investigación y ocultándome información». En su opinión, el Ejecutivo del PP quiso «retardar la información verdadera para beneficiarse electoralmente y es llamativo que yo me enterase por la radio de las detenciones (de islamistas) que se produjeron el sábado».