The Diplomat. Madrid
El Gobierno español reaccionó con rapidez tras el atentado perpetrado el miércoles pasado en Túnez, en el que murió un matrimonio de jubilados catalanes. El embajador, Juan López-Dóriga mantuvo numerosas conversaciones con las autoridades tunecinas y estuvo en permanente contacto con el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, quien, a su vez, mantuvo informado al Rey y al presidente del Gobierno. Se activó la unidad de emergencia consular y a la cónsul en Túnez, Bibiana Zamora, diplomática desde 2008, correspondió una de las tareas más importantes: tratar de conocer el paradero de los turistas españoles que viajaban en dos cruceros, con varios desplazamientos al puerto, en medio del caos de la ciudad, e intentado transmitir calma a las personas afectadas.
Desde Valencia, García-Margallo informó el miércoles a la prensa del fallecimiento de los dos españoles y el jueves, de la aparición otros dos cuyo paradero no se conocía.
El Ministerio del Interior, por su parte, envió dos psicólogos del equipo psicosocial de la Dirección General de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo para atender a las víctimas del atentado y sus familias.
Además, un avión de la Fuerza Aérea Español partió desde Barcelona hacia Túnez para repatriar los cadáveres del matrimonio fallecido en el atentado y a los dos españoles aparecidos ayer con vida, tras permanecer ocultos varias horas en el Museo del Bardo.